Trabajadores del mundo ¡dejad de serlo!

Trabajadores del mundo ¡dejad de serlo!

LLAMADO A LA SOLIDARIDAD ACTIVA CON LAS MASAS PROLETARIAS DEL CAMPO Y LA CIUDAD EN LA REGIÓN ECUATORIANA

El día 1 de octubre el presidente de Ecuador Lenín Moreno anunciaba en cadena nacional un paquete de medidas económicas recomendado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que iban en directo desmedro de las condiciones de vida de la clase trabajadora ecuatoriana urbana y rural. Reducciones de sueldos y de las vacaciones, aumento del precio de los combustibles –y, por lo tanto, de la canasta básica, el pasaje de la locomoción colectiva y la vida en general-, entre otras, tales son las medidas que, a costa de la vida de las personas de Ecuador, el gobierno quería imponer con el fin de “beneficiar a la economía”, es decir, con el fin de beneficiar a la clase capitalista con un aumento de sus ganancias en un momento de crisis económica generalizada para el capitalismo mundial. Tal como en Chile o en todas partes del mundo, el Estado jamás ha tenido como objetivo beneficiar ni proteger a las personas que llama “sus ciudadanos”, sino todo lo contrario: el Estado es una máquina para la explotación de quienes deben trabajar para no morir de hambre, y una fuerza social que mantiene y perpetúa su sumisión al capitalismo.

El 3 de octubre se inició el paro nacional indefinido y el día 9 hubo una gran huelga general. Desde entonces, las masas proletarias –de las cuales los indígenas son una parte fundamental- se han lanzado a las calles y carreteras de todo el país, protagonizando hazañas enormes de solidaridad y rebeldía que las grandes cadenas de televisión intentan cercar, encubrir y falsificar por todos los medios disponibles. Hicieron huir al presidente-empresario de la capital y levantado la Comuna en Quito, se tomaron la Asamblea Nacional (congreso), han capturado militares y policías e incendiado sus vehículos, han ocupado ciudades enteras y extendido la solidaridad por todas las calles con ollas comunes al calor de las barricadas, han ocupado pozos petroleros y Gobernaciones en algunas provincias de la Amazonía y la Sierra, y también han realizado cacerolazos, cortes de ruta y marchas en muchos lugares del país. Las masas proletarias en el campo han defendido sus territorios y puesto en fuga a los militares enviados a asesinarlos, y luego han bajado a las ciudades a formar parte de la insurrección.

La lucha no sólo ha destruido el sórdido mutismo de la rutina capitalista, sino que también ha roto el aislamiento y ha permitido el encuentro solidario y rebelde de personas que, hasta hace una semana, jamás se habrían atrevido a hablarse o acercarse. Proliferan las asambleas autoorganizadas, la autoactividad proletaria, y las redes de solidaridad; crece y se afirma la comunidad de lucha, “es como vivir un comunismo anárquico, espontáneo, caótico y contradictorio, pero real”, nos informa un camarada que combate en las calles de Quito. Y todo ello mientras el Estado decreta un toque de queda permanente, mientras la policía y el ejército invaden campos y ciudades con tanquetas, cobrando la vida de decenas de personas rebeldes, atacando con sus armas químicas lugares de reunión con niños/as y bebés dentro, o incluso disparando a matar con francotiradores desde los edificios más altos de las ciudades. ¡La solidaridad de clase es nuestra mejor arma!

En Ecuador hay una verdadera revuelta con tintes insurreccionales en marcha, ya que las y los proletarios se lanzan a las calles no solamente por el “paquetazo” económico del gobierno, sino por las décadas de opresión capitalista que han soportado. Esta ha sido la chispa que ha terminado por incendiar el bosque. Conviene aquí recordar que en Chile también se impuso un “paquetazo” económico durante la Dictadura Militar, es decir, una vez que el proletariado de la región chilena había sido masacrado, torturado e intimidado por las fuerzas armadas al servicio de la burguesía nacional e internacional. En esta ocasión, la desesperación de las clases dominantes por aumentar sus ganancias en un momento de crisis les ha llevado a subestimar la capacidad de resistencia de nuestras hermanas y hermanos de clase en Ecuador.

Una misma llama recorre hoy el planeta: Hong-Kong, Argelia, Haití, Irak, Francia, Egipto y, ahora, Ecuador. Es el viejo fantasma que atormenta a las clases dominantes de todos los países, el fantasma de la emancipación humana. Es una revolución en marcha que recién está despertando, pero que ya ha comenzado a trazar una línea demarcatoria de lo que será la lucha por la emancipación a partir de ahora, al final de la segunda década del siglo XXI: una lucha no para tomar el poder del Estado burgués y gestionar el capital, sino para destruirlo de raíz y tomar el poder colectivo sobre nuestras propias vidas. Una lucha no para repartirnos las propiedades, sino para poner fin a la propiedad privada. Una lucha no para tener más y mejores empleos, sino para destruir la dictadura del trabajo asalariado, para no tener más que vivir para trabajar y trabajar para vivir. En resumen, una lucha para abolir el dinero, el capital, la mercancía y el trabajo asalariado que los crea, para abolir la sociedad de clases y entrar en una nueva etapa en la historia de la especie humana. Esa es la lucha revolucionaria que comienza por todas partes del planeta en este nuevo milenio y que se deja presentir hoy en la lucha del proletariado de la región ecuatoriana contra el capital y su sicario, el Estado.

¡Contra toda forma de opresión entre los seres humanos y sobre la naturaleza!
¡No se trata de sobrevivir menos mal, sino de vivir de verdad!
¡No se trata de cambiar de amo, sino de dejar de tenerlo!
¡Viva el Paro Nacional y la Huelga General en Ecuador!
¡Que la guerra de clases y la insurrección se extiendan por todo el planeta!
¡Por la transformación y la comunización de todo lo existente!
¡Vamos hacia la vida!

Un grupo de Proletari@s Revolucionari@s Internacionalistas de la Región Chilena

Contribuciones para rectificar la opinión pública acerca de la revolución en los paises subdesarrollados x Mustapha Khayati

Estas tesis fueron extraídas de la revista Internacional Situacionista Nº 11. 

CONTRIBUCIONES  PARA  RECTIFICAR  LA  OPINIÓN PUBLICA  ACERCA  DE  LA  REVOLUCIÓN  EN  LOS PAÍSES  SUBDESARROLLADOS

 

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El  papel  eminentemente  revolucionario  de  la  burguesía  consiste  en  haber  introducido,  de forma  decisiva  e  irreversible,  la  economía  en  la  historia.  Dueña  fiel  de  esta  economía,  lo es  también  desde  su  aparición  de  forma  efectiva  -aunque  a  veces  inconsciente-  de  la «historia  universal».  Ésta  ha  dejado  de  ser  por  primera  vez  un  fantasma  metafísico  o  un acto  de  Weltgeist  para  convertirse  en  un  hecho  material,  tan  concreto  coma  la  existencia trivial  de  cada  individuo.  Desde  el  advenimiento  de  la  producción  mercantil  nada  escapa  en  el  mundo  al  desarrollo  implacable  de  este  nuevo  fatum,  la  invisible  racionalidad económica:  la  lógica  de  la  mercancía.  Esencialmente  totalitaria  e  imperialista,  exige  por campo  de  acción  el  planeta  y  por  servidores  a  la  totalidad  de  los  hombres.  Allí  donde está  la  mercancía  no  hay  más  que  esclavos.

2

A  la  coherencia  opresiva  de  una  clase  particular  para  mantener  a  la  humanidad  en  la  pre-historia,  el  movimiento  revolucionario  -producto  directo e  involuntario  de  la  dominación  capitalista  burguesa-  ha  opuesto  desde  hace  un  siglo  un  proyecto  de  coherencia liberadora  obra  de  todos  y  cada  uno:  la  intervención  libre  consciente  en  la  creación  de  la  Historia,  la  abolición  real  de  toda  división  en  clases  y  la  supresión  de  la  Economía.

3

Allí  donde  ha  penetrado  -es  decir,  en  casi  todas  las  partes  del  mundo-,  el  virus  de  la  mercancía  trastorna  las  formaciones  socioeconórnicas  mas  esclerotizadas  y  permite  a  millones  de  seres  humanos  descubrir  en  la  miseria  y  en  la  violencia  el  tiempo  histórico  de  la economía.  Allí  donde  penetra  esparce  su  principio  destructor,  disuelve  los  vestigios  del pasado  y  exacerba  los  antagonismos.  En  pocas  palabras,  acelera  la  revolución  social. Todas  las  murallas  chinas  se  derrumban  a  su  paso,  y  apenas  se  instala  en  la  India  todo se  disuelve  a  su  alrededor  y  estallan  revoluciones  agrarias  en  Bombay,  en  Bengala  y  en Madrás:  las  zonas  pre capitalistas  del  mundo  acceden  a  la  modernidad  burguesa,  pero  sin la  base  material  de  esta.  Como  en  el  caso  de  su  proletariado,  también  allí  las  fuerzas  que la  burguesía  ha  contribuido  a  liberar  y  a  crear  se  vuelven  contra  ella  y  contra  sus  servidores  autóctonos:  la  revolución  de  los  subdesarrollados  se  convierte  en  uno  de  los  principios  capitales  de  la  historia  moderna.

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El  problema  de  la  revolución  en  los  países  subdesarrollados  se  plantea  de  forma  específica  debido  al  propio  desarrollo  de  la  historia.  El  retraso  económico  general,  mantenido por  la  dominación  colonial  y  las  capas  que  la  apoyan,  y  el  subdesarrollo  de  las  fuerzas productivas  han  impedido  en  estos  países  el  desarrollo  de  las  formaciones  socioeconómicas  que  debían  ejecutar  inmediatamente  la  teoría  revolucionaria  elaborada  desde  hace más  de  un  siglo  a  partir  de  las  sociedades  capitalistas  avanzadas.  En  el  momento en  que entran  en  lucha  estos  países  desconocen  la  gran  industria,  y  la clase obrera está  lejos  de ser en  ellos  una  clase  mayoritaria.  Es  el  campesinado  pobre  el  que  asume  esta  función.

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Los  diferentes  movimientos  de  liberación  nacional  han  aparecido  mucho  después  de  la derrota  del  movimiento  obrero,  consecuencia  del  fracaso  de  la  revolución  rusa,  convertida  desde  su  advenimiento  en  contrarrevolución  al  servicio  de  una  burocracia  supuestamente  comunista.  Han  sufrido  por  tanto,  sea  conscientemente  o  en  una  falsa  conciencia,  todas  las  taras  y  debilidades  de  esta  contrarrevolución  generalizada,  y  con  el  lastre añadido  del  atraso  general  no  han  podido  superar  ninguno  de  los  límites  impuestos  al movimiento  revolucionario  vencido.  Y  debido  precisamente  a  la  derrota  de  éste  los  países  colonizados  o  semicolonizados  han  tenido  que  combatir  solos  el  imperialismo.  Pero al  combatirlo  únicamente  en  una  parte  del  terreno  revolucionario  total  no  han  podido disiparlo  más  que  parcialmente.  Los  regímenes  de  opresión  que  se  han  instalado  allí donde  la  revolución  de  liberación  nacional  ha  creído  triunfar  no  son  más  que  una  de  las formas  bajo  las  que  se  opera  el  retorno  de  lo  reprimido.

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Cualesquiera  que  sean  las  fuerzas  que  han  participado  en  ellos  o  el  radicalismo  de  sus directivas,  los  movimientos  nacionalistas  siempre  han  desembocado  en  el  ascenso  de  las sociedades  excolonizadas  a  formas  modernas  de  Estado  y  a  pretensiones  de modernidad en  la  economía.  En  China,  imago  pater  de  los  revolucionarios  subdesarrollados,  la  lucha de  los  campesinos  contra  el  imperialismo  americano,  europeo  o  japonés  acabó,  a  1a  vista del  fracaso  del  movimiento  obrero  de  los  años  1925-1927,  por  llevar al  poder  a  una burocracia  basada  en  el  modelo  ruso.  El  dogmatismo  estalino-leninista  en  el  que  baña  su ideología  -recientemente  reducido  al  catecismo  rojo  de  Mao-  no  es  otra  cosa  que  la  mentira  o,  en  todo  case,  la  falsa  conciencia  que  acompaña  su  práctica contrarrevolucionaria.

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El  fanonismo  y  el  castro-guevarismo  son  la  falsa  conciencia  a  través  de  la  cual  el  campesinado  cumple  la  inmensa  tarea  de  librar  a  la  sociedad  pre capitalista  de  secuelas  semi-feudales  y  coloniales  para  restituir  la  dignidad  nacional  pisoteada  por  los  colonos  y  las clases  dominantes  retrogradas.  Benbellismo,  nasserismo,  titismo  o  rnaoismo  son  ideologías  que  anuncian  el  fin  de  estos  movimientos  en  su  apropiación  privativa  por  las  capas urbanas  pequeño-burguesas  o  militares:  la  recomposición  de  la  sociedad  de  la  explotación,  pero  con  nuevos  dueños  y  sobre  la base  de  nuevas  estructuras  socioeconómicas. Allí  donde  el  campesinado  ha  luchado  victoriosamente  y  ha  llevado  al  poder  a  las  capas que  han  encuadrado  y  dirigido  su  lucha,  él  ha  sido  el  primero  en  sufrir  su  violencia  y  en pagar  los  enormes  gastos  de  su  dominación.  La  burocracia  moderna,  como  la  más  antigua  (en  China  por  ejemplo),  edifica  su  poder  y  su  prosperidad  sobre  la  explotación  de los  campesinos:  la  ideología  no  cambia  la  cuestión.  En  China  o  en  Cuba,  en  Egipto  o  en  Argelia,  juega  en  todas  partes  el  mismo  papel  y  asume  las  mismas  funciones.

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En  el  proceso  de  acumulación  de  capital,  la  burocracia  es  la  realización  de  aquello  que en  la  burguesía  era  únicamente  concepto.  Lo  que  la  burguesía  hizo  durante  siglos  «con sangre  y  sudor»,  La  burocracia  quiere  realizarlo  conscientemente  en  unos  decenios.  Sólo que  la  burocracia  no  puede  acumular  capital  sin  acumular  mentiras:  se  ha  bautizado siniestramente  como  «acumulación  socialista  primitiva»  lo  que  constituye  el  pecado  original  de  la  riqueza  capitalista.  Todo  lo  que  las  burocracias  subdesarrolladas  dicen,  se representan  e  imaginan  que  es  el  socialismo  no  es  otra  cosa  que  el  neo mercantilismo acabado.  «El  Estado  burgués  sin  burguesía»  (Lenin)  no  puede  superar  las  tareas  históricas  de  la  burguesía,  y  el  país  industrial  más  desarrollado  muestra  al  menos  desarrollado la  imagen  de  su  desarrollo  futuro.  La  burocracia  bolchevique  en  el  poder  no  encontró nada  mejor  que  proponer  al  proletariado  revolucionario  ruso  que  «matricularse  en  la escuela  del  capitalismo  de  Estado  alemán».  Todos  estos  poderes  que  se  llaman  a  sí  mismos  socialistas  son  en  todo  caso  una  imitación  subdesarrollada  de  la  burocracia  que dominó  y  venció  al  movimiento  revolucionario  europeo.  Lo  que  haga  o  deba  hacer  la burocracia  no  emancipará  a  la  masa  trabajadora  ni  mejorará  sustancialmente  su  condición  social,  puesto  que  eso  depende  no  solo  de  las  fuerzas  productivas  sine  de  su  apropiación  por  los  productores.  Lo  que  no  dejará  de  hacer  es  crear  las  condiciones  materiales  para  realizar  ambas. ¿Hizo  alguna  vez  menos  la  burguesía?

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En  las  revoluciones  burocrático-campesinas  solo  la  burocracia  aspira  consciente  y  lucidamente  al  poder.  La  toma  del  poder  corresponde  al  momento  histórico  en  que  la  burocracia  se  apodera  del  Estado  y  declara  su  independencia  ante  las  masas  revolucionarias, antes  de  la  eliminación  de  las  secuelas  coloniales  y  de  ser  efectivamente  independientes del  extranjero.  Al  entrar  en  el  Estado,  la  nueva  clase  se  refugia  en  la  heteronomía  militante  contra  toda  autonomía  de  las  masas.  Única  propietaria  de  toda  la  sociedad,  se declara  representante  de  sus  intereses  superiores.  El  Estado  burocrático  es  en  este  case el  Estado  hegeliano  realizado.  Su  separación  de  la  sociedad  consagra  al  mismo  tiempo la  separación  de  clases  antagónicas:  la  unión  momentánea  de  la  burocracia  y  el  campesinado  no  es  más  que  la  ilusión  fantástica  a  través  de  la  que  ambos  cumplen  las  inmensas  tareas  históricas  de  la  burguesía  desfalleciente.  El  poder  burocrático  edificado  sobre las  ruinas  de  la  sociedad  colonial  pre capitalista  no  es  la  abolición  de  los  antagonismos de  clase;  no  hace  más  que  sustituir  las  antiguas  por  nuevas  clases,  nuevas  condiciones de  opresión  y  nuevas  formas  de  lucha.

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No  es  subdesarrollado  más  que  el  que  reconoce  el  valor  positive  del  poder  de  sus  amos. La  carrera  por  alcanzar  la  reificación  capitalista  sigue  siendo  la  mejor  vía  hada  el  subdesarrollo  reforzado.  La  cuestión  del  desarrollo  económico  es  inseparable  de  la  cuestión del  verdadero  propietario  de  la  economía,  del  dueño  real  de  la  fuerza  de  trabajo;  todo  lo demás  es  cháchara  de  especialistas.

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 Hasta  hoy  las  revoluciones  de  los  países  subdesarrollados  no  han  hecho  más  que  tratar de  imitar  el  bolchevismo  de  formas  diferentes;  se  trata  en  lo  sucesivo  de  disolverlo  en  el  Poder  de  los  Soviets.

 

Mustapha  KHAYATI

¿Un tipo de magia? : “Ley corta antiterrorista” y resultados inmediatos en la persecución de un “lobo solitario”

Difundimos este texto extraído de una columna en medio comunicacional independiente. Se esta comenzando a fraguar una arremetida represiva en Chile, muchos son los puntos en común que permiten sospechar de que algo se esta urdiendo desde el poder contra todo aquello que se atreva a cuestionar radicalmente el orden del capital. Un llamado a estar alerta, a no amenguar la agitación comunista anarquica, y a permanecer mas unidos y coordinados que nunca. 

Una vez más está de moda Queen, la banda inglesa de los 70, y aunque no soy un gran fan tengo metida en la cabeza  su canción “It´s a kind of magic” (1986).

¿Por qué será? Porque como por arte de magia, justo un día después de la aprobación en general en el Senado de la “ley corta antiterrorista”, sin necesidad de esperar siquiera a que se termine de tramitar y sea publicada en el Diario Oficial, se detuvo en la zona sur de Santiago al que según la tesis de la Fiscalía es el único autor de seis atentados explosivos en los últimos tres años, adjudicados por la corriente “eco-extremista”.

Se señala sin asomo de duda que es un “lobo solitario”, y que en todo caso “no tendría vinculación” alguna con el doble atentado del 25 de julio pasado, adjudicado por lo que El Mercuriollamó un grupo “anarquista tradicional”.

Lo primero que llama la atención es que hasta 24 horas antes autoridades de gobierno y parlamentarios de una amplia gama política proclamaban que estábamos ante un seria amenaza terrorista equiparable a la criminalidad organizada transnacional, perpetrada por grupos poderosos que incluso recibirían aportes y financiamiento desde el extranjero.

Lo del financiamiento internacional es siempre clave para que el público apoye el empleo de técnicas especiales de investigación similares a las del combate al narcotráfico y el lavado de activos. Lo mismo se dijo hace 10 años en relación a los grupos anarquistas que luego se intentó criminalizar en el primer “caso bombas” (2010-2013), señalando incluso que tendrían cuentas en las Islas Caimanes, en un notorio caso de “proyección”, pues finalmente nada de eso era cierto pero el que sí mantenía importantes fondos en paraísos fiscales era el entonces Ministro Laurence Golborne.

Por lo demás, las técnicas investigativas que contempla la “ley corta” en gran medida ya existen: el artículo 222 del Código Procesal Penal permite  las interceptaciones telefónicas respecto de todo ilícito que tenga asignada pena de crimen, categoría en que por cierto está el conjunto de los delitos terroristas  señalados en la Ley 18.314.

Las otras técnicas cuya necesidad en esta materia se esgrime (entregas controladas, informantes, agentes encubiertos y reveladores) son perfectamente posibles de aplicar en relación a cualquier delito de la Ley de Control de Armas y Explosivos, como resulta claro de la lectura del artículo 226 bis en su versión actual, incorporada por la llamada “agenda corta antidelincuencia” del 2016.

Por lo demás, como han señalado diversos expertos en la respectiva Comisión del Senado que estudia esta propuesta además de os proyectos de “ley larga antiterrorista” presentados hace ya 5 años, resulta bastante dudoso y riesgoso que técnicas propias del combate al narcotráfico se trasladen directamente a un fenómeno a todas luces diferente, como es la violencia social y política que el legislador de manera difusa ha definido como “terrorista”.

La infiltración de organizaciones ya es posible en el marco de la legislación vigente, y existen además técnicas especiales de investigación en la Ley 19.974, que crea el Sistema Nacional de Inteligencia, incluyendo el uso de informantes y agentes encubiertos sin siquiera tener que pedir autorización judicial.

En este marco, las malas prácticas que han caracterizado el accionar represivo en el último tiempo han llevado a situaciones tales como las condenas en juicio abreviado a un informante policial en la Araucanía, además del montaje de la “Operación Huracán”. En épocas anteriores se pudo ver cómo ciertos “informantes” como Lenin Guardia y Humberto López eran capaces de fabricar atentados para poder ofrecer de manera más verosímil sus servicios a la Inteligencia.

La “ley corta” parece un claro intento por legalizar estas prácticas, consolidando aún más un Estado policial preparado preventivamente para enfrentar como una “amenaza terrorista” a cualquier disidencia social o política radical que pueda configurarse en el territorio nacional. Además, reformar la ley permite exculpar o disimular los sucesivos fracasos en los niveles  de la Inteligencia y de la persecución penal, trasladando el problema al nivel normativo, o como se diría coloquialmente, “echándole la culpa al empedrado”.

Por eso no es causal que a pesar de que hasta ahora los únicos sujetos “terroristas” que el sistema represivo ha identificado en la Región Metropolitana sean “lobos solitarios” y no organizaciones, pero a pesar de ello se hagan explícitas reservas para a partir de ahora poder dirigir la acción investigativa y represiva en contra de un viejo enemigo: el anarquismo, que por cierto, y como resulta evidente, no tiene prácticamente nada que ver con el llamado “eco-extremismo”, aunque se entiende perfectamente que las autoridades y los medios promuevan la confusión.

De este modo, según la tesis que se intenta impulsar ahora lo más seguro es que se proclame que el eco-extremismo es caso cerrado, pero ya se cuenta con herramientas que en rigor no eran necesarias, pero que servirán muy bien para ser dirigidas en contra de los usuarios habituales de una legislación antiterrorista que sigue siendo en su mismo diseño un verdadero estado de excepción permanente dentro del sistema de control social y penal.

Hay que estar atentos a las próximas jugadas, pues una vez aprobada la “ley corta” el poder represivo va a tener la tentación de exhibir resultados, y rápido. Total, chivos expiatorios nunca faltan.

[Publicación] Anarquía & Comunismo #11

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Por fin tenemos el agrado de compartir el número 11 de nuestro boletín teórico-agitativo Anarquía & Comunismo, con un nuevo formato. Si bien este número vio la luz el invierno del 2018 en su formato impreso, como un pequeño libro de 65 páginas, por motivos técnicos no pudimos difundirlo a través de la web sino hasta ahora, lo cual implicó cierta discontinuidad en la periodicidad con la que se había publicado hasta entonces. Por otro lado, el cambio de formato también contribuyó a este cambio en su periodicidad: pensamos que el abundante material que estábamos produciendo no debía tomarse como un problema sino como una fortaleza, por lo que quisimos asumir el carácter teórico que estaba tomando la publicación, cambiando de formato para priorizar el desarrollo de los temas sin restricciones de espacio, siendo bastante más extenso que el anterior formato (un periódico de medio mercurio cuya restricción de espacio siempre supuso más de un dolor de cabeza para quienes lo editábamos). Nos extendemos sobre este asunto en la editorial de este número.

Contenido:

  • Editorial
  • Notas para la superación de la alienación y la realización de la vida
  • Niñez, capitalismo y emancipación
  • A 44 años de la ejecuición de Salvador Puig Antich y la disolución del MIL-GAC
  • Comunización (parte 5 y final)
  • ¿Por qué siempre hablamos de capitalismo?
  • Hemos recibido: Kalinov Most 1 y 2 – 2&3 DORM 1 y Excursos 1-4 – Louis Lingg: ya lo sabrán por los estruendos.

[Publicación] Comunidad de lucha #9

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Llega otro primero de mayo y quienes nos posicionamos del lado del anticapitalismo nuevamente nos vemos enfrentadxs a la propaganda del Estado y Capital, que quisieran hacer de esta fecha un día en el que festináramos nuestra condición de servidumbre.

Si bien no podríamos esperar otra cosa de los defensores de la dominación, lo que nos preocupa y concierne en tanto que anticapitalistas es encontrarnos cada año con una reivindicación similar del trabajo por parte de la ultraizquierda y los ‘anticapitalistas’ en general. Para éstos el problema del trabajo casi siempre radica en la apropiación por parte de la burguesía del fruto de nuestra actividad, y su ‘solución revolucionaria’ consiste en arrebatar a la burguesía su poder privativo sobre los frutos de este, o bien los instrumentos de trabajo. Aunque, en la práctica, dichos movimientos se dediquen únicamente a disputar con el Estado, la patronal y las burocracias sindicales mejoras en el sistema de explotación asalariada, mejoras que, por cierto, el Capital necesita para asegurar su progreso y supervivencia en el tiempo.

Pero en realidad el trabajo, como comúnmente lo entendemos en nuestros días, se refiere a un tipo de actividad precisa, perteneciente a un estadio histórico preciso: el de la civilización capitalista.

El triunfo de la revolución burguesa intensificó y expandió el trabajo asalariado y la producción de mercancías a cada rincón del globo, despojando a las personas y a sus comunidades de la tierra y enviándolas a las fábricas. Desprovistas de todo y obligados a satisfacer sus necesidades a través del consumo de mercancías, las personas se vieron en la obligación de vender su propia actividad como fuerza de trabajo a quienes dominaban, convirtiéndose en el proletariado; la clase cuya vida fue reducida a mercancía junto con todo lo demás por la dictadura de la economía.

Siendo el dinero el mediador social absoluto y su carencia el equivalente a la muerte en la sociedad capitalista, lxs proletarixs nos vemos arrojadxs cada día de manera frenética a las tareas necesarias para obtenerlo. Así, sea en el trabajo asalariado, autoexplotándonos en el comercio informal o incluso en el trabajo doméstico (trabajo no remunerado e históricamente asignado a las mujeres, sin el cual las otras formas de explotación no podrían haberse sostenido) esta obligación nos saca cada día de la cama para que nos precipitemos a transportes atestados y así cumplir con los horarios asfixiantes de una actividad que muchas veces nos resulta ajena y tediosa, y a la que lo único que nos liga es la necesidad de remuneración económica para la satisfacción de nuestras necesidades mercantilizadas. Esto hace del estrés, las vejaciones, la humillación, la enfermedad, el aislamiento y la locura la tónica habitual de la actividad productiva y, por tanto, de la vida de la humanidad proletarizada. Así, nos ‘ganamos la vida’ en el trabajo, mientras la vida se nos escapa.

Como si fuera poco, las nulas garantías de seguridad en las que todavía pretende justificarse la existencia de este orden miserable se desmoronan a causa de su propio progreso: el trabajo de cada ser humano (es decir, su tiempo) vale cada vez menos porque los capitalistas están obligados a encontrar formas cada vez más elaboradas de abaratar los costos de producción para obtener ganancias y mantenerse activos en la competencia, lo que propicia la precarización constante del trabajo. En el territorio dominado por el Estado chileno conviven esquizofrénicamente la imagen de una potencia económica en línea recta a la abundancia, y la realidad de una sociedad que se cae a pedazos por falta de trabajo y por exceso de él: quien no está cesante y desesperado intentando encontrar la forma de ganarse la vida, está corriendo como loco entre el trabajo, la casa y el consumo, gastándose la vida en una espiral de alienación que sólo aumenta.

El problema es que tanto para los defensores declarados del orden como para quienes pretenden oponerse a este, el trabajo se asume con una naturalidad tal que pareciera que las diferencias que a veces ponen en bandos irreconciliables a unos y otros consiste únicamente en cómo gestionar el sistema de explotación asalariada y el capital que este reproduce.

Una perspectiva radical del anticapitalismo, en cambio, supone acabar con todos los pilares en los que se funda el Capital, incluyendo aquella actividad que le da vida a cambio de robarnos la nuestra. Somos nosotrxs, lxs proletarixs, quienes echamos a andar la máquina capitalista con nuestra actividad enajenada. Somos nosotrxs, por tanto, quienes podemos ponerle freno: si el proletariado es la clase cuya actividad echa a andar el capital, entonces la supresión revolucionaria del capital implica necesariamente la autosupresión de nuestra clase, junto con todas las clases, el Estado y el dinero.

¡MUERTE AL TRABAJO, AL ESTADO Y EL DINERO!
¡PROLETARIXS DEL MUNDO, DEJEMOS DE SERLO!

Revolución y Democracia. A propósito del 29m y la lucha anticapitalista

Reproducimos este panfleto publicado por el boletín !Viva la Comuna! numero #2 a días de otro 29 de Marzo, con la memoria afilada ante la contrarrevolución !!

Revolución y Democracia

Apropósito del 29 Marzo y la lucha anticapitalista

«La democracia, dicen, es el gobierno del pueblo. Pero el pueblo no existe, sólo existen las clases»

Anton Pannekoek.

                                                                                                              Parque O’Higgins 1 de Mayo de 1984

El día del joven combatiente conmemora la muerte de los hermanos Vergara Toledo caídos en la Villa Francia en 1985, en el contexto represivo efectuado por la Dictadura Cívico Militar contra la proliferación de las jornadas de protesta popular. A partir de esta fecha, también se conmemora la muerte y la lucha de tantos otros combatientes que desde ese momento, y más allá de la lucha anti dictatorial, se han enfrentado contra la explotación de un sistema que precariza la vida y difunde la miseria para todos y todas.

Para esbozar cualquier análisis sobre esta fecha, creemos necesario describir brevemente su origen histórico  en la lucha de clases.

En aquella época,  a la par del fuerte descontento social, se constituyeron dos frentes políticos: el Movimiento Democrático Popular  (MDP) que contenía lo que se denominaba, hasta ese momento, como la izquierda histórica: el Partido Comunista y Partido Socialista, a los que se sumaba el MIR y el FPMR. Este conglomerado buscaba derrotar a la dictadura por todos los medios posibles, teniendo como objetivo instaurar una “Democracia Popular”, queriendo retomar el camino esbozado por la UP previo al golpe de Estado. Por otro lado, estaba la Alianza Democrática (AD) que contenía a todos los sectores cercanos a la Democracia Cristiana, socialismos renovados y  Partido Radical, apostando a derrotar la dictadura a través de la movilización social, excluyendo eso sí, cualquier forma de violencia. De cualquier manera, apellidos más o apellidos menos, ambos frentes tenían como horizonte el retorno a la democracia.

Desde las primeras jornadas de protestas, ocurridas en 1983, podemos notar como el movimiento social comienza a constituirse en prácticas cada vez más radicalizadas contra la brutalidad imperante del poder. En este escenario,  se distinguen las acciones armadas en contra de la dictadura- como ataques a cuarteles militares y policiales, los sabotajes, voladuras de torres y líneas férreas, ajusticiamientos a miembros de los cuerpos de seguridad, secuestros, recuperaciones de dinero, armas y comida, los copamientos territoriales, las emboscadas y las propagandas armadas-, así como, la  rearticulación de sus vínculos comunitarios a través de la lucha y la organización de las poblaciones, tanto en la coordinación de la auto defensa en barrios, universidades, liceos, juntas vecinales, tomas de terreno, lugares de trabajo y parroquias, como en el brote espontáneo de las ollas comunes para sustentar las necesidades básicas de cada territorio contra la represión militar y económica que impuso la crisis del Capital. Estas actividades de organización territorial y autodefensa en la ciudad se incrementaron e intensificaron notablemente, por lo menos hasta fines de la dictadura. Este contexto fue parte de un antagonismo cada vez más evidente en la sociedad, que fue precipitando al régimen  a entregar el poder, con su punto más álgido en las Jornadas de Protesta Nacional del 2 y 3 de Julio de 1986.

En este contexto, la lucha emprendida por los grupos antidictatoriales como el FPMR, MIR, o MJL contenía una práctica que, en conjunto con otras formas de resistencia proletaria, conforman parte de una oposición histórica al dominio del Capital, siendo experiencias que la memoria de los explotados no debe olvidar, pues tanto sus tácticas como vivencias y errores son parte del recorrido histórico que hemos transitado, y son imprescindibles para comprender nuestra lucha hacia la emancipación total de nuestra clase. Es por ello, que, si bien reconocemos en la experiencia de estos grupos la vigencia de la dignidad y la resistencia ante el despotismo capitalista, creemos que es necesario dilucidar un análisis crítico de la época, puesto que, a pesar de su arrojo, lo que quedó, fue un panorama quizá más desolador que aquellos años de fragor y lucha.

Pese a la implementación de la lucha armada como medio para enfrentar al poder, el contenido nuclear de ésta estuvo impregnada de un carácter democrático y, por tanto, burgués, que posponía el horizonte revolucionario y anticapitalista aún para más adelante. La ilusión que consiste en suponer que la democracia  propicia algún devenir revolucionario[1] ha sido y fue,  la garantía para mantener la paz social y perpetuar el dominio del Capital contra el proletariado, salvaguardando siempre y en última instancia, el funcionamiento de la maquinaria de explotación económica. El programa Social-Demócrata (también conocido como Frente Popular), que busca conquistar el Estado  para reformar las condiciones de producción de los explotados, no modifica en nada la  esencia de éstos, la de ser precisamente productores de su propia desposesión. Dicho de otra forma: no cambia en nada la esencia de los trabajadores, seres subyugados a un salario que les permite sobrevivir, despojados de organizar sus vidas en común, directamente desde el territorio, sin otra mediación que sus propias necesidades y solidaridad.

El programa de grupos como el MIR, FPMR, y MJL constituyó una fiera resistencia proletaria a la masacre implantada por la dictadura, pero su propuesta “popular”, “patriótica” o “rebelde” nunca pasó a ser más que una propuesta para organizar un mercado con explotadores locales antes que europeos o gringos, una “verdadera” democracia ante la “democracia burguesa”, o industrialización de los medios de producción antes que exportación de materias primas. A fin de cuentas, Capitalismo.

La ausencia de una crítica profunda a los cimientos del Capitalismo es la causa de que esta fuerza haya sido solo defensiva y no haya pasado a una ofensiva real contra la sociedad de clases. La tensión alcanzada por aquellos años marcó ribetes históricos, pero no fue capaz de encontrar una coherencia entre sus contenidos que le proporcionará  el ímpetu para profundizar la lucha e ir más allá. Desde el principio, los grupos más radicalizados del proletariado delimitaron su programa definiéndose como  grupos de vanguardia, separándose de lo que denominaban “masa social”, lo cual conllevó -dentro de otros muchos lastres-, una centralización política que estaba verticalmente ligada a la concepción socialdemócrata de las cúpulas políticas del PC y el PS, que, como vimos anteriormente, a pesar de su  apuesta por la lucha armada, siempre concibieron a la democracia como antagónica a la dictadura, lo cual fue aprovechado por la burguesía progresista, que  se benefició de la protesta social y el fragor insurreccional para imponer su programa de reformas y aplastar los residuos de resistencia de los que no aceptaron el pacto con los líderes de la dictadura.

Desde nuestra mirada, la democracia no es ninguna forma de gobierno particular sino la esencia misma del Capital reproduciéndose: la dictadura del valor como ideología generalizada. No existe una contradicción real entre Dictadura y Democracia (lo que no quiere decir que sean lo mismo), sino que son dos momentos del devenir histórico capitalista funcionales a las necesidades de producción y reproducción del Capital en proceso, la única real contradicción, el único antagonismo objetivo, es la lucha de clases que despliega dicho proceso y que se encarna en nuestras vidas. Cuando la democracia ha delimitado las luchas proletarias[2], siempre ha tenido el mismo carácter: sacar a los proletarios de sus propios intereses de clase, llevándolos al terreno burgués de política, o sea, controlar el Estado para impulsar nuevas condiciones de desarrollo del Capital.

El comunismo no puede ser visto como una profundización de la democracia, es más una superación de todas las separaciones producidas por la apropiación privada capitalista, se trata del movimiento que tiende a constituirse en comunidad, aboliendo la dictadura del dinero e imponiendo las necesidades humanas. Mientras los proletarias que se rebelan contra la dictadura del valor sigan creyendo que luchan “por la verdadera democracia”, jamás será posible romper con el viejo orden del mundo, hacia una comunidad humana reconciliada consigo misma y con la naturaleza.

Este 29 de Marzo reivindicamos la vida de todxs aquellxs rebeldes que se enfrentaron al vampiro del Capitalismo, en cualquiera de sus formas, y en cualquiera de sus luchas. ¡Hermanos Vergara Toledo! ¡¡Presente!!

Que nuestra práctica sea histórica, tanto como nuestro pensamiento lo permita. Quien hace revoluciones a medias cava su propia tumba.

 Por la comunización de la vida.

Algunxs pobladores por el Comunismo y la Anarquía.

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Marzo del 2019

[1]  Otros sectores, como la AD, aspiraban lisa y llanamente a la democracia para regresar al estado de “derechos”, en que el orden capitalista debiese transitar “normalmente”

[2] Procesos históricos como el de la Guerra Civil Española 1936 o el Golpe de Estado en Chile en 1973, podrían haber tenido un rumbo diferente de haber tenido en cuenta una crítica radical a la política democrática y partidista, portadores eternos de la representación proletaria, que postergaron siempre las medidas revolucionarias en pos de construir un Estado “socialista”.

[Panfleto] Este 8M ¡Nada que celebrar! Todo por hacer.

Este panfleto fue difundido en forma de octavilla en la marcha del 8M recién pasado, alentamos la reflexión y agitación proletaria en torno a nuestra condición de explotados desde cualquier trinchera de lucha, destruyendo cualquier tipo de identitarismo e ideología y siempre en búsqueda de una real unificación negadora de las relaciones de producción existentes. Por la anarquía y el comunismo.

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“El hecho de entender la violencia contra las mujeres como
parte del dominio masculino y no como una excepción, ha
llevado a la conclusión que la lucha de las mujeres contra
la violencia sexista a nivel individual no se puede separar
de la lucha contra cualquier otra violencia del Sistema”
Rote Zora

El movimiento feminista debe apostar por abolir la condición de explotación y esclavitud que produce y re-produce el estado y el capital, pues no se puede poner fin a la opresión de la mujer, ni de nadie, bajo este sistema reproductor de mercancías que profundiza el orden patriarcal y que nos precariza cada vez más. Por ende, no se puede separar la lucha antipatriarcal de la lucha anticapitalista, porque la lucha es por negar lo que somos forzados a ser y hacer.

Anhelamos forjar hermandades solidarias que destruyan la contradicción entre lo público y lo privado, pues consideramos que esta conceptualización perpetúa la separación de la vida y ubica al grupo social “mujeres” en roles depreciados por la naturalizada valorización de la vida. Comprendiendo que, en la actualidad, el progresismo nos ofrece acceder a estos roles y a una distribución equitativa del poder, llamamos a la negación, ningún movimiento que busque la emancipación humana puede subsistir bajo esta realidad: nuestra vida sometida al tiempo y la lógica de producción, en función de nuestro sexo en beneficio del Estado/Capital.

Pedirle al estado que resuelva la violencia patriarcal, es estar boicoteando nuestra propia capacidad de superar este orden. En lugar de esto, invitamos a combatir y construir en el cotidiano- lugar donde se sortean los elementos necesarios e indispensables para recuperar y sustentar nuestra vida y lazos- los medios materiales para superar la dicotomía de lo público y lo privado y así atacar la totalidad del problema: la proletarización de nuestras vidas.

Apuntamos a la apropiación privada de la tierra que arroja a las comunidades a la esperanza del progreso y el trabajo, porque este robo inicial y permanente nos divide como especie entre quienes cuidamos y quienes producen en primera instancia y que, con el avance del capital, ha llegado a mercantilizar cada aspecto de nuestras vidas. Nos referimos al despojo que vivieron las brujas, las indígenas de hace quinientos
años y que vivirá cada comunidad humana que pretenda convivir con el capitalismo.

Nos negamos a este orden impuesto que nos condena a aceptar la explotación, la
dominación y la mercancía como parte inherente de la existencia. Por la liberación y acceso a la tierra que nos permitirá sustentar nuestra vida de forma autónoma y comunitaria.

HASTA LA RECUPERACIÓN DE NUESTRAS VIDAS
Por un feminismo anticapitalista y revolucionario.

Carta abierta a las mujeres , disidencias y hombres a unos días del 8 de marzo

_“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.” 
Rosa Luxemburgo

El feminismo no puede y no debe construir a los hombres como sus enemigos “naturales”. El enemigo es el orden patriarcal, que a veces está encarnado por mujeres 
Rita Segato._

Compañeras:
Estamos a unos días del 8 de marzo y hay algunas cuestiones que preocupan. El movimiento feminista ha marcado la agenda pública, las mujeres y las disidencias sexuales estamos dando que hablar. Sin embargo, este ruido que suena cada vez más masivo puede ser contraproducente si no tenemos cuidado. Los análisis simplistas y los odios emocionales, no pueden superponerse a encontrar un análisis crítico que nos lleve por el camino de la liberación y la armonía. Frente a esto planteó dos tensiones:

A) * crítica al separatismo absolutista*: llevar el separatismo a todas las áreas de organización, es una contradicción desde la propia teoría feminista porque
Es considerar que el patriarcado sólo afecta a las mujeres. lo que es una gran miopía, una falacia. El Patriarcado nos afecta a todxs. A nosotras nos castran del poder, del conocimiento, del espacio público, del debate, nos cosifican, etc. A ellos los castran de sus emociones, de sus afectos, de construir lazos afectivos de confianza, los educan para ser violentos y viriles, para demostrar su dignidad a partir de ese juego. A las disidencias las marginan por no reconocer otras formas de sexualidad que no sean las binarias.
Los hombres, como diría Segato, son las primeras víctimas del mandato de masculinidad, pues ellos tienen el mayor número de muertos en los asesinatos y las guerras, ellos mandados por otros hombres, son asesinados principalmente por otros hombres. Los femicidios son la parte más evidente de un análisis que requiere mayor profundidad. Desde este punto de vista, el feminismo es una herramienta teórica y un movimiento social que lucha por la abolición del patriarcado, entendiéndolo como un sistema de relaciones sociales y simbólicas que nos jerarquizan entre hombres, mujeres y disidencias a partir de la utilización de la violencia, donde todo lo que es femenino es sinónimo de ser dominado y conquistado. Por eso nosotras hemos sido las protagonistas, porque somos las mas evidentemente afectadas. Con esto no estoy exculpando ni defendiendo a agresores, ni violadores. Solo estoy poniendo las cosas en términos estructurales, en el patriarcado los únicos privilegiados son los hombres y mujeres burguesas, porque ¿qué privilegios tiene un hombre proletario que trabaja todo el dia, no conocer a su familia,? o ¿que su principal forma de relacionarse sea a través de la violencia?, o ¿ la incapacidad de tener lazos afectivos significativos con sus familiares y amigos y no poder hablar de sus emociones?. ¿Son realmente estas cosas un privilegio?, ¿es un privilegio drogarse y alcoholizarse o salir de fiesta todo el tiempo? como si no existiera otra cosa que el presente, como si no existieran responsabilidades con otrxs. ¿no será un síntoma profundo de soledad, de desconexión o de incapacidad emocional?. Somos hijxs de nuestro tiempo y estos mandatos de masculinidad y feminidad se incrustan en nuestras mentalidades, ahora enlazados con el más profundo narcisismo exitista del neoliberalismo, donde las palabras amor y solidaridad se alejan cada vez más, dando como resultados distintas facetas de la masculinidad y la feminidad patriarcal. Con esto no estoy negando, que sean principalmente los hombres quienes ejercen la violencia física, económica y psicológica contra las mujeres, pero son estos mismos perpetradores quienes también sufren las consecuencias de violencias ejercida por otros hombres. Con esto tampoco exculpo que en sus casas no realicen sus quehaceres en el hogar y dejen todo en manos de las mujeres. Estas cuestiones tienen que cambiar y las enfrentamos con fuerza, si queremos igualdad, responsabilidad ante la vida y construir comunidad, partamos por hacernos cargo de nosotrxs mismxs y cooperemos mutuamente.

Por esto el feminismo no es solo un movimiento de mujeres, no puede serlo (claro, nosotras lo comenzamos, por nuestra posición en la cadena de opresiones,) sino que es un movimiento de la humanidad contra la opresión y la explotación que nos desmantela las potencialidades y las virtudes que podemos desarrollar, un movimiento contra el patriarcado que nos enferma de violencia y competencia, este feminismo del que hablo lucha por la igualdad y la armonía no solo entre los seres humanos sino que también de las otras especies, porque como feministas también entendemos que a la tierra así como a nuestros cuerpos se les ha cosificado, es nuestra responsabilidad también defenderla. Como diría Angela Davis, “el feminismo eficaz tiene que luchar contra la homofobia, la explotación de clase , raza y género, el capitalismo y el imperialismo”. Porque todas estas violencias y opresiones son, (además de los análisis del materialismo histórico), expresiones de mandatos de masculinidad patriarcal.

B) ¿El feminismo es para todas las mujeres?, que tenemos en común con las burguesas? ¿qué tenemos en común con las privilegiadas, con las Señoras lucias Hiriart, con las Margaret Thatcher, con la Paty Maldonado?. Esas fachas solo defenderán sus privilegios, son enemigas de clase.
Ahora revelemos lo que nos ofrece el feminismo liberal disfrazado de igualdad: igualdad en los sueldos y cuotas en las instituciones del poder, poder en instituciones obsoletas y patriarcales ¿para que? mismas horas de explotación por igual paga que los hombres, y ¿se acaba con eso el problema de recuperar nuestras vidas?. Tampoco se acaba nuestra explotación consiguiendo mejores puestos políticos, en esta sociedad de clases. Ellxs seguirán con sus privilegios que se sostienen en nuestra precarización, estamos en veredas opuestas. El feminismo liberal no critica la raiz solo son bueguesas que quieren administrar compartiendo el poder con los hombres. Nuestra lucha no acaba ni empieza allí. Claro, puede ser que una demanda reformista vaya volviendo contextos más favorables para las demandas feministas, pero no es el meollo del asunto. Si el problema del modelo capitalista es la cosificación de las personas, el trabajo asalariado que nos roba la vida y nos aliena. Queremos tiempo para ser y construir comunidad, tener tiempo para lxs nuestrxs. Vamos entonces por demandas que disminuyan las jornadas laborales, para que podamos ir recuperando nuestro tiempo, nuestra vida, para que nos conozcamos a nosotrxs mismxs, con ello vamos organizándonos defendiendo nuestros territorios y construyendo comunidades.

No nos equivoquemos compañeras no seamos contradictorias ni marginemos con estructuras de pensamiento masculinistas: clasificar y separar mujeres si, hombres no, Mujeres adelante, hombres atrás. Hagamos las cosas bien esta vez, yo no quiero que mi compañero, ni mis hermanos o mi hijo caminen detrás mío, quiero que estén construyendo y tejiendo a mi lado, que comprendamos que tenemos la oportunidad de hacerlo a nuestro modo esta vez. Y compañeros no se alteren por las críticas es tiempo de deconstrucción, autocritiquese y cambie. Y si nos vamos a juzgar que sea por nuestra capacidad de cambio (a quienes queremos ser parte del movimiento y estemos dispuestxs a deconstruirnxs, a enfrentarnos a nosotrxs mismos con nuestras contradicciones). El patriarcado nos afecta a todxs de forma distinta pero a todxs, si queremos cambiar la sociedad los hombres tienen que cuestionarse, liberarse y acabar con esos mandatos de masculinidad disfrazados de privilegios.
Por un mundo donde podamos criar con amor y respeto a nuestros hijxs y donde lxs adultxs podamos entendernos en armonía y respeto, en comunidad.
Si bien somos las protagonistas porque la historia nos lo debe por un buen rato, no marginemos, no nos convirtamos en ellos, en sus estructuras de pensamiento segregador. Critiquemos, combatamos a quien haya que combatir. pero tejamos sociedad de una manera distinta, cualitativamente distinta

Así que cabras sororidad, pero de clase y decolonial
Y todxs vamos por un feminismo de clase y anticapitalista A barrer con el patriarcado y el capital
La revolución será feminista o no será!!
8 de marzo, todxs a la calle!!!

En camino a ninguna parte. Sobre el fin del progreso y la actualidad de un mundo sin clases ni Estados

Texto extraído de la página de los compañeros de Kosmoprolet 

Grupo Eiszeit

1 Mayo 2018, Zurich, Suiza

¡Qué bonito solía ser el futuro! Si contemplamos las visiones de futuro predominantes durante el siglo XX y las contrastamos con el presente, nos puede invadir la nostalgia o atenazar la desesperación. Aparte de las visiones apocalípticas que emergieron bajo la impresión de la Guerra Fría o de las sátiras sobre tendencias del presente, prevalecía una visión optimista del futuro.

Además de las expectativas por un posible asentamiento humano en el espacio, de nuevos avances médicos, del entusiasmo suscitado por el surgimiento de nuevos métodos de comunicación y la esperanza de una paz duradera, encontramos, sobre todo, predicciones acerca del futuro del trabajo. Éstas están en total contradiccón con las condiciones de vida del presente. John Maynard Keynes por ejemplo, uno de los economistas burgueses más influyentes del siglo pasado, pronosticó en el año de 1930 que dentro de cien años trabajaríamos 15 horas semanales.

Indudablemente el progreso del capitalismo siempre ha estado relacionado con la brutal explotación de los asalariados. Hoy en día, la legitimación de este sistema económico basada en la concepción del capitalismo como sistema dinámico, de genialidad inventiva y en constante búsqueda del progreso, está completamente en ruinas. Ya nadie quiere alcanzar las estrellas trabajando como astronauta, pues convertirse en estrella de Youtube es definitivamente la opción más atractiva. En realidad todos tienen miedo de reconocer que la perspectiva más optimista que nos queda, es la de encontrar un trabajo del cual podamos vivir y que, si tenemos suerte, recién nos lleve al borde del agotamiento después de los cuarenta. Ya no queda rastro alguno del utopismo de antaño, más bien todos se dedican a conservar la precariedad del status quo. Ya ni siquiera los programas espaciales tienen mucho valor para aquellos países que solían ser líderes en este sector. En su lugar, hoy en día, personas como el autoproclamado superhombre y empresario Elon Musk lanzan automóviles al espacio. Mientras tanto, el laboratorio del futuro, Silicon Valley, ha conseguido sus mayores éxitos en los últimos años, reinventando taxis, servicios de entrega y de alquiler de habitaciones privadas. Todo esto sin respetar las leyes de seguridad laboral y el salario mínimo, los cuales han sido sustituidos por modelos económicos en los que el riesgo empresarial recae completamente sobre los hombros de los precarizados “independientes“.

Volver al futuro

No sólo la promesa de felicidad en el futuro es parte del pasado, también el ahora se presenta en tonos grisáceos. La clase dominante no sólo ha perdido toda visión de futuro, sino también lo que alguna vez acompañó su ascenso: la razón y el humanismo. La deteriorada lumpenburguesía carece de estrategia. Mientras los asalariados son condenados a vivir sometidos al movimiento perpetuo del trabajo asalariado, el personal político se encuentra globalmente en una constante operación de emergencia.

En el norte de Siria, por ejemplo, Turquía, país miembro de la OTAN, ha asesinado ante los ojos de un público mundial mayormente desinteresado, y en complicidad con bandas asesinas islamistas, a curdos sirios (y pronto también asesinará a curdos iraquíes). Son precisamente aquellos que han estado actuando recientemente como infantería de los Estados Unidos y de la Unión Europea contra el Estado Islámico, los que ahora son asesinados con armas provenientes de esos mismos Estados. Al mismo tiempo, la Unión Europea se asegura, a través de generosos pagos al estado turco, de que prácticamente nadie pueda escapar del infierno de la guerra subsidiaria que tiene lugar en suelo sirio y en otros desestabilizados estados de la región, y refugiarse en Europa.

Pero no sólo personas provenientes de las regiones en crisis o en guerra intentan alcanzar las zonas euopeas de alta seguridad. Según la ONU, la migración internacional ha aumentado masivamente. El año pasado, 258 millones de mujeres migrantes cruzaron las fronteras nacionales. Se estima que, hasta 2060, 1.400 millones de personas tendrán que huir de las zonas costeras debido al aumento del nivel del mar. A esto se suman hambrunas en diferentes regiones debido al cambio climático y la progresiva erosión del suelo en territorios desertizados. Si bien no se puede decir con exactitud cuáles serán los efectos de estas catástrofes ecológicas ni cuál será el impacto que tendrán sobre los movimientos migratorios mundiales, con seguridad, la situación mundial se pondrá aún más incómoda.

También dentro de las fortalezas protegidas por Frontex el presente se presenta sombrío. Aunque la Internacional de los nacionalistas promete aislar al precarizado oasis europeo de los problemas de desarollo a nivel mundial, la competencia es omipresente y se presenta, hacia adentro, bajo las siglas de la ideología del darwinismo social y, hacia afuera, como chovinismo nacional e imperialista.

El odio hacia todo lo que es supuestamente inútil se expresa de diferente manera dependiendo del nivel de educación, pero el tenor general es inconfundible: los que no rinden, no tienen derecho a comer. Mientras tanto, el desmantelamiento del Estado del bienestar no combate la pobreza sino que reprime a los pobres. Sin embargo, los apologistas liberales, como el psicólogo evolutivo Steven Pinker (venerado por los medios de comunicación) vitorean que el número de los extremadamente pobres, aquellos que viven con menos de 1,90 dólares al día, está en declive. Al mismo tiempo, la esperanza de vida de los países que alguna vez fueron los más avanzados dentro del capitalismo, disminuye especialmente debido al desmantelamiento del sistema sanitario. Y de los Estados de la periferia meridional europea o de otros lugares en crisis ya nadie quiere hablar.

¡Activemos el freno de emergencia!

Del antiguo patetismo del progreso capitalista ya no queda mucho. La catástrofe no es el futuro inminente, sino más bien la posibilidad de que el ahora se repita eternamente. No será la historia, pero quizás sí una de las próximas generaciones, la que pronuncie un veredicto sobre aquellas personas que contemplaron pasivamente el mundo, sin entender que la miseria generalizada no es una ley de la naturaleza. Pero aquellos que se dedican a observar atentamente verán destellos de resistencia contra la coyuntura política. En diferentes lugares del planeta hay gente que se une para hacer frente al infortunio actual. En los EEUU, por ejemplo, miles de maestros están en huelga luchando contra condiciones de trabajo miserables, en Francia trabajadores ferroviarios y estudiantes se defienden contra los ataques desde arriba, y en Alemania hay huelgas de advertencia de vuelos y trenes y las guarderías permanecen cerradas. Recordemos también las luchas antirracistas contra la violencia policial que ocurren, por ejemplo, en los EEUU y en Brasil, las decenas de miles de personas que en Polonia están luchando contra una nueva ley de aborto tomándose las calles, y la ola de solidaridad con los refugiados en Alemania. Tambien en este país hay gente que se junta para intentar contrarrestar el estado actual de las cosas. Las luchas y tentativas momentaneamente permanecen aisladas, incapaces de oponerse de forma eficaz a las condiciones actuales. Es imposible predecir lo que sucederá en el futuro si estas luchas se intensifican, se expanden y se unen.

Probablemente, a lo largo de la historia, las condiciones objetivas para alcanzar grandes metas nunca hayan sido tan buenas como ahora, pues el desarollo tecnológico conlleva un enorme potencial: robots y sensores podrían librarnos del trabajo duro y monótono; en vez de ser espiados y estandarizados por la «Big Data» podríamos usar computadoras y redes informáticas para producir con cordura y de acuerdo a nuestras necesidades reales. Pero no sólo tendríamos que poner a la sociedad patas arriba sino también algunos aspectos de la tecnología misma, pues actualmente está siendo usada encontra de nosotros.

El ingenio humano no debería ser desperdiciado en encontrar nuevos modelos de negocio para vender cosas que son multiplicables arbitrariamente y que amenazan con socavar la forma de la mercancía. En vez de restringir artificialmente el uso de ciertos logros a través de patentes, podríamos poner a disposición de todos, nuevo software, grabaciones musicales, literatura, información y los avances de la arquitectura o de la investigación médica.

Si precindiéramos de todo trabajo superfluo pero indispensable para el capitalismo, instantáneamente tendríamos enormes recursos a nuestra disposicion: empleados de aseguradoras, directores de bancos, asesores fiscales o abogados; todos podrían usar su fuerza y tiempo en tareas mucho más significativas e importantes. Tan sólo imaginemos un segundo qué podríamos hacer, por ejemplo, si todos los recursos necesarios para el bombardeo y la masacre en Siria, fueran invertidos en otras cosas como la construcción de estructuras necesarias en la región: si así fueran las cosas, entonces hoy en día la tarea principal en Siria sería la administración de un paisaje floreciente. Para la construcción de un portaaviones estadounidense de la clase Nimitz, por ejemplo, se necesitan 40 millones de horas de trabajo y aproximadamente seis mil millones de dólares. Cada uno puede hacer sus propias cuentas e imaginarse lo que se podría hacer con todos estos recursos si fueran usados con sensatez.

La mala noticia: en el capitalismo la razón de estado y las exigencias económicas impiden constantemente todo uso razonable de estos potenciales. La buena noticia es que si derrocamos a este sistema tendremos a disposición un enorme potencial. Si se usara este potencial para desarollar las infraestructuras necesarias en las regiones de miseria, no sólo disminuiría la migración mundial, sino que también se reduciría la contaminación del medio ambiente. Sin embargo, si viviéramos dentro de una comuna mundial, toda persona podría moverse libremente a través del mundo, pues ésta no conocería fronteras que deban ser vigiladas.

La sociedad mundial sin clases ni Estados no conoce la competencia como principio básico, sino que se basa en la organización colectiva para satifacer las necesidades e intereses de los individuos no aislados. En vista del estado actual del mundo y de la falta de perspectivas que nos ofrece, no es más que un imperativo de la razón y de las necesidades romper con toda la mierda omnipresente. Tenemos que dar un salto hacia lo desconocido, pues aunque no surja directamente un paraíso, el resultado será mejor que el estado actual del planeta. No solo está en manos de todos y cada uno de nostros apoyar y unir los destellos de resistencia a través del mundo, sino también el darles una plataforma más amplia a los mismos.

POR UNA SOCIEDAD SIN CLASES NI ESTADOS

COMUNISMO O BARBARIE

Afiche «No Somos Zona de Sacrificio»

Nos llego este afiche a nuestro mail y lo DIFUNDIMOS para su reproducción en todo tipo de formato.

«Marx dice que las revoluciones son las locomotoras de la historia. Pero tal vez las cosas sean diferentes. Quizá las revoluciones sean la forma en que la humanidad, que viaja en ese tren, acciona el freno de emergencia.»