NOTAS PROVISIONALES EN TORNO A LA “ANÁRQUICA” REVUELTA DE MASAS QUE SACUDE A LA REGIÓN CHILENA

El viernes 18 de octubre una salvaje revuelta estalló en la ciudad de Santiago y al siguiente día ya se había expandido a prácticamente todas las ciudades del país. El motivo aparente fue el alza del pasaje en la locomoción colectiva de Santiago (en los buses de Red Metropolitana de Movilidad y el Metro), pero en la raíz mostró un descontento total con el modo de vida capitalista. Un enorme e incontrolado movimiento hizo de esta manera su aparición histórica y como algunos/as compañero/as han afirmado en varios panfletos repartidos en la revuelta: “ya nada volverá a ser igual”.

Lo favorable del movimiento para la perspectiva antagonista

-Lo primero que debemos destacar es la generalización espontánea del movimiento y su crítica en los actos a la totalidad del modo de vida capitalista-neoliberal: expropiación y repartición en masa de mercancías de grandes capitalistas (supermercados, centros comerciales, farmacias, bancos, etc.), destrucción de infraestructura estatal (comisarías, edificios municipales, etc.), repudio masivo a los cuerpos represivos del Estado en un contexto “democrático” (carabineros, policía de investigaciones y milicos), y un esbozo intuitivo de crítica a la totalidad de la mercantilización de todos los aspectos de la vida cotidiana (no hay una “demanda” o “reivindicación” concreta, se quiere “cambiar todo”).

-El rol dinamizador que ha jugado y juega el proletariado juvenil, con su intransigencia programática y combatividad subversiva a toda prueba.

-Las protestas salvajes efectivamente constituyeron un daño cuantioso a la propiedad privada de los grandes capitalistas de este país: este fue el verdadero motivo de que el Estado pusiera los milicos en las calles. Esto horrorizó a la clase dominante-capitalista.

-Otro aspecto que nos ha llamado profundamente la atención es la proliferación de núcleos que practican de manera extendida la violencia ofensiva y la autodefensa contra las fuerzas represivas del Estado en las manifestaciones –tanto en el “centro”, como en los barrios periféricos-. Existe algo como “violencia proletaria de masas difusa”, que se coordina de manera solidaria en medio de las barricadas, que hace innecesaria –al menos, por ahora- cualquier tipo de especialización o profesionalización de esta actividad por grupúsculos. Hasta el momento, esto ha sido bastante efectivo.

-La fractura del aislamiento y la incomunicación a que somos sometidos a diario en este sistema que se manifiesta en: solidaridad espontánea de clase y comunicación social por fuera de los roles previamente prefabricados.

-A pesar del “Estado de emergencia”, del toque de queda, y de los milicos en las calles, el proletariado no ha tenido miedo y no ha abandonado la lucha pese a la brutal represión que ha cobrado un número aún desconocido de asesinados/as, torturados/as, desaparecidos/as y encarcelados/as. Al momento de escribir estas líneas se ha anunciado en muchas regiones, incluyendo la Región Metropolitana, el cese del toque de queda, por la presión social del proletariado que no lo ha respetado en absoluto y que manifiesta un odio visceral a los milicos.

-Pese a todos los esfuerzos del Estado por volver a “cierta normalidad” y de la difamación de los medios masivos de comunicación, ésta ha sido imposible de restaurar, ya que nuestra clase a continuado protestando a diario sin necesidad siquiera de “pedir permiso” para hacerlo –todas las manifestaciones han sido “ilegales”-.

-La realidad de la lucha ha desbordado los intentos de “espectacularizar” la revuelta de la prensa: el proletariado a reconocido que la función social-esencial de la prensa es distorsionar los hechos y montar un relato afín a los intereses de la clase dominante –los/as periodistas son los “voceros” del capital-.

-El movimiento, en el contexto de la revuelta, se está dotando –embrionariamente- de órganos de lucha con arraigo territorial, en base a la conformación de asambleas autoorganizadas de vecinas y vecinos, que se encuentran en diversos barrios y poblaciones construyendo desde abajo una perspectiva anticapitalista que se contraponga a la precarización de la vida. Consideramos estos espacios de asociatividad proletaria estratégicos para conformar una comunidad de lucha, debido a que expresa la necesidad de autoactividad por parte de los/as mismos/as proletarios/as de manera autónoma a cualquier intervención externa a ellos/as mismos/as.

-Un sector importante del proletariado ha rechazado en bloque las propuestas de “reformas” con las que el gobierno ha intentado apagar el fuego de la revuelta: son consideradas migajas indignas, lo que tiene al Estado en jaque, al menos, hasta el momento.

-No existe ningún “sector político” capaz de autoproclamarse representante y ente válido para dialogar con el gobierno: cuestión que tiene a la burguesía desconcertada. Es una revuelta sin líderes. De ahí, “lo anárquico” de este movimiento.

Las contradicciones y los límites que las minorías revolucionarias deben combatir en el seno del movimiento

-Durante las megamarchas efectuadas el día viernes 25 de octubre, que solo en la ciudad de Santiago convocaron según cifras oficiales a más de 1.500.000 manifestantes, se expresó masivamente un sentimiento de identificación patriótica y de unidad nacional, en detrimento de una perspectiva de clase del conflicto social. Ejemplo de esto fue la proliferación de banderas chilenas –que habían estado ausentes- y un ambiente festivo y pacifista que prevaleció durante toda la jornada, siendo esto valorado por el mismo gobierno como una oportunidad que “abre caminos de futuro y esperanza”.

-El titubeo que han demostrado ciertos sectores organizados del movimiento obrero de participar de la revuelta –por ejemplo, los mineros de la empresa estatal CODELCO y los sindicatos pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadoras y Trabajadores NO+AFP-, con la digna excepción de la Unión Portuaria de Chile (UPCH) y el gremio de la construcción agrupado en el combativo sindicato SINTEC: lo que no ha estado exento de contradicciones, límites y un desarrollo desigual dependiendo de la ubicación geográfica.

-El eco que en ciertos sectores sociales ha hecho el rumor esparcido por la prensa y el gobierno de que existe una oleada de saqueos que tiene como objetivos casas de particulares y pequeños negocios –los que han sido casos muy particulares y poco numerosos-. Esto se ha expresado en el fenómeno de los “chalecos amarillos”, vecinos/as organizados/as en cuadrillas que defienden sus barrios de inexistentes saqueadores. Esto es peligroso porque es caldo de cultivo para corrientes ultraderechistas-neofascistas y porque enfrenta a proletarios/as contra proletarios/as.

-La existencia de militantes de partidos tradicionales y de la “nueva izquierda” –que es más de lo mismo- en las asambleas y cabildos autoorganizados, que intentan cooptar y suplantar la autodirección del movimiento para imponer sus posiciones y convertirse en interlocutores válidos para negociar con el poder.

-A pesar de los grandes saltos cualitativos que ha dado el movimiento en su vasta extensión, no ha podido cuajar y consolidar una lectura claramente de clase, debilidad que demuestra una gran tarea pendiente que debe ser subsanada por la proyección del movimiento. Esto ha significado, sobre todo desde las megamarchas, el resurgir de una identificación como “clase media” de algunos sectores del proletariado promovida por los partidos del orden y los medios masivos de comunicación.

-La revuelta encontró a las minorías revolucionarias desorganizadas y fragmentadas, lo que, sin embargo, no significó que participaran de inmediato en el movimiento, intentando brindar orientaciones por medio de los actos y la propaganda, a pesar de sus limitados medios. La izquierda y el leninismo en general no se quisieron mezclar con los incontrolados, se desmarcaron de la revuelta, e incluso sus sectores más tradicionales condenaron los saqueos a grandes empresas, y tardaron al menos tres días en demostrar su presencia en las calles. Esto pone de manifiesto la necesidad de constituir un movimiento abiertamente anticapitalista que agrupe a los sectores más radicales de la clase.

Perspectivas provisionales

Pese a lo que ocurra en el desenlace de esta gran coyuntura, es claro que se ha producido una ruptura irreversible, una grieta, que marca un cambio de época para nuestra clase en esta región. Lo que han vivido en estos días miles y miles de proletarios/as sin previa experiencia de lucha, difícilmente podrá ser borrado de la memoria combativa de nuestra clase. Esta revuelta ha brindado una oportunidad única que no debe ser desaprovechada: ha quedado claro que solo luchando se imponen las reivindicaciones y las mejoras concretas en las condiciones de vida del proletariado. Nos hemos dado cuenta de nuestra propia fuerza. La revuelta generalizada, anuncia la posibilidad latente de un cambio revolucionario posible, de la reconciliación de la especie humana consigo misma y su entorno natural, a pesar del previo desprecio que manifestaban sectores del entorno subversivo de nuestra región –con discursos del tipo “humano=plaga” o que el “pueblo está muerto”-. El proletariado no ha muerto, no somos solo capital variable, tenemos un enorme papel que desempeñar para liquidar este mundo capitalista y ha quedado demostrado en la práctica. Por ahora, la lucha continúa en la calle y en las asambleas contra el pacto social que nos quieren imponer y la recuperación reformista. Esta revuelta cuestionó intuitivamente los cimientos de la estructura social capitalista y eso no se podrá borrar de la memoria histórica. Nosotros/as vamos más allá, vamos hacia la vida.

Algun@s Proletari@s en lucha de la Región chilena
Mañana del sábado 26 de octubre
Primavera subversiva del 2019

 

Chile: La revuelta se extiende + panfleto tercer día de revuelta

LA REVUELTA SE EXTIENDE PESE A LA BRUTAL REPRESIÓN ESTATAL: ESTE LUNES 21 DE OCTUBRE VAMOS A LA HUELGA GENERAL POR TODO

Hace una semana, cuando el pasaje del Metro de Santiago alcanzó el estratosférico precio de $830 el incontrolado proletariado juvenil estudiantil –que tiene la virtud de negar en la práctica este mundo, negándose a cualquier tipo de diálogo con el poder- lanzó una ofensiva llamando a la “evasión masiva” autoorganizando un gran movimiento de desobediencia que contó desde el comienzo con una enorme simpatía por parte de nuestra clase, ya que este medio de locomoción colectiva es utilizado por al menos 3.000.000 de personas diariamente. El Estado respondió lanzando a cientos de policías de fuerzas especiales a resguardar las estaciones provocando duros enfrentamientos en el sistema de trenes subterráneos, que dejaron cientos de herid@s y detenid@s. El día viernes 18 de octubre se produjo la ruptura: en medio de una nueva jornada de protesta contra el alza de los pasajes, se comenzaron a cerrar totalmente desde las 15:00 horas, una a una, las líneas del Metro de Santiago lo que provocó un colapso nunca antes visto en el transporte urbano metropolitano. Ese día se encendió la chispa y la clase proletaria demostró su poder, cuando miles de personas se arrojaron a las calles desbordando a las fuerzas represivas y protagonizaron grandes disturbios en el centro de la ciudad que superaron cualquier previsión. El edificio corporativo de ENEL (empresa de electricidad que opera en Chile) ardió en llamas y varias estaciones de Metro corrieron la misma suerte. El Estado-Capital mostró su verdadera cara frente a la población, decretando el “estado de emergencia”, lo que implicó que los milicos por primera vez salieran a la calle desde el fin de la Dictadura producto de un conflicto social. Desde esa noche ya nada volverá a ser igual.
El día sábado desde el mediodía una convocatoria en Plaza Italia derivó rápidamente a una revuelta generalizada con tintes insurreccionales que llegó a todos los rincones de la ciudad, a pesar de la fuerte presencia militar en las calles. Y literalmente, el levantamiento se propagó por todas las ciudades de la región chilena. Así se multiplicaron como una mancha de aceite los cacerolazos, barricadas, ataques a edificios fiscales, sabotajes a infraestructuras estratégicas para la circulación del capital (plazas de peajes y tags en las autopistas, 80 estaciones de Metro parcialmente destruidas y 11 totalmente reducidas a cenizas, decenas de buses quemados, etc.), 130 sucursales bancarias dañadas, 250 cajeros automáticos destruidos, algunos asedios a comisarías y a un cuartel militar en Iquique, y lo que más ha irritado a la clase dominante: los saqueos a cadenas de supermercados y a grandes centros comerciales.
Frente a este panorama, que para nosotr@s es una fiesta, en donde el proletariado se está autoorganizando y enfrentando a su condición de extrema precariedad, se ha ampliado el “estado de emergencia” a aproximadamente una decena de ciudades que se han sumado a la lucha, en las que también se ha impuesto un implacable “toque de queda” controlado a punta de fusiles por la chusma militar y policíaca que cuenta actualmente con 10.500 efectivos que tienen carta blanca para disparar a matar.
Los saqueos y la satisfacción inmediata de las necesidades humanas
La sacrosanta propiedad privada fue cuestionada de manera radical por decenas de miles de proletari@s quienes se abastecieron de todo lo que pudieron en la mayoría de los supermercados y grandes multitiendas que han sido desvalijados totalmente, y en muchos casos incendiados, ante una aterrorizada burguesía que continuamente llama por medio de sus representantes a aplastar sin contemplación a lo que ellos denominan “un pequeño grupo de violentistas y vándalos”. Sin embargo, la realidad dista mucho de aquello, ya que, aunque lo nieguen continuamente, esto no se trata de una acción de minorías, sino de un fenómeno masivo que se ha expresado con una fuerza irrefrenable.
Quienes hemos sido despojad@s de todo y sobrevivimos como podemos, endeudad@s, sin poder llegar a fin de mes, en la práctica hemos afirmado que no tenemos por qué pagar para acceder a aquello que necesitamos para satisfacer nuestras necesidades. La reproducción de la supervivencia cotidiana mercantilizada en este modo de vida que nos imponen, está supeditada en todo momento a la acumulación de capital de la burguesía, a costa del trabajo asalariado y de la vida de miseria que debemos soportar día a día. Nosotr@s no hemos hecho nada más que expropiar lo que nos pertenece y nos ha robado toda la vida, y eso ell@s no lo pueden soportar. En definitiva, la revuelta generalizada significa reivindicarnos como seres humanos y negarnos como mercancías.
La prensa: voceros del capital y defensores de la mercancía
La prensa ha jugado un rol fundamental en la defensa del “sentido común” y encauzamiento de lo que se denomina “opinión pública”, es decir, la lógica dominante del sistema capitalista, en donde importan más las cosas materiales, la producción de mercancías, que las vidas humanas, haciendo hincapié una y otra vez, en la defensa del “orden público”, “los derechos de las personas”, la propiedad privada y la “paz social”, para justificar la masacre que están promoviendo el empresariado y los sectores más reaccionarios de la sociedad. A través de la tergiversación y/o el ocultamiento de la información, la propagación de mentiras y montajes, la criminalización de la subversión social, toda la prensa se ha hecho colaboradora del terrorismo de Estado: por todo esto deberán asumir las consecuencias. Algunos ejemplos de lo que afirmamos son los siguientes:
-Ocultar la cifra y los casos de asesinatos por parte de las fuerzas represiva, y no informar respecto a las reiteradas denuncias de “uso desmedido de la fuerza en detenciones, vejaciones a niñ@s, malos tratos, golpes en rostros y muslos, torturas, desnudamientos a mujeres y hombres y vejaciones sexuales”, tal como lo señala el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
-Difundir que se han producido saqueos a “ferias libres” en algunas comunas como La Pintana, Puente Alto, entre otras, lo que es totalmente falso. Poblador@s han denunciado por redes sociales y medios de difusión alternativos que se trata de policías infiltrados que han intentado promover una lucha intestina en el seno de nuestra clase.
-Promover el temor en la población enfatizando que los saqueos también afectarán a viviendas particulares y pequeños negocios, cuando esto solo se trata de hechos totalmente aislados, y que nuestra clase debe rechazar categóricamente.
-Diferenciar entre “ciudadanos” y “delincuentes”, entre manifestantes “pacíficos” y “violentos”, apostando a la división y el aislamiento de los elementos más radicalizados que forman parte del movimiento y que están intentando brindar una orientación anticapitalista al desarrollo de la revuelta.
-Guardar un silencio cómplice en torno a los cortes de abastecimiento de agua que afectan directamente a varias comunas del sector sur de Santiago, que “sospechosamente” coinciden con los lugares en donde se ha desarrollado más frontalmente la combatividad contra el Estado/Capital, sus instituciones y donde se desprecia más rotundamente a la autoridad.
El gobierno reconoce 8 muert@s, pero sabemos que son muchos más
Mientras el presidente Sebastián Piñera afirma que “estamos en guerra contra un enemigo poderoso que no respeta a nada y a nadie”, el despreciable Andrés Chadwick, Ministro del Interior, en una escueta declaración hecha por televisión, afirmó que 7 personas habían “fallecido” –y no asesinados a manos del Estado-, sin señalar ningún detalle más. Nosotr@s que hemos estado presentes en la lucha y nos coordinamos con camaradas en distintos puntos del país sabemos que l@s muert@s son much@s más. Por redes sociales y medios de contrainformación han circulado videos y fotografías, que están siendo eliminados de internet sistemáticamente, de personas asesinadas por milicos y pacos en diversos lugares en donde se está combatiendo. Al menos nuestro recuento –aún sin poder confirmar debido a la deliberada campaña de ocultamiento y desinformación del Estado/Capital- llega a 16 personas: 1 persona en Quinta Normal, 2 en San Bernardo, 5 en Renca y 2 en la comuna de La Pintana, fallecidas producto de incendios en medio de los saqueos, 1 persona asesinada en Lampa producto de un atropello deliberado de la policía, 1 por disparos de los militares en Colina, 3 en la ciudad de La Serena y 1 en la comuna de Pedro Aguirre Cerda muerto producto de la represión policial. Este saldo parcial sabemos que puede ser aún mayor, ya que mientras escribimos rápidamente este texto, continúan fuertes enfrentamientos bajo el toque de queda con los milicos, pacos y PDI en múltiples focos de la región chilena.
La huelga general de este lunes 21 de octubre y algunas perspectivas
Mañana, lunes 21 de octubre, un conglomerado diverso de organizaciones de masas han llamado a una huelga general, la primera que puede ser altamente efectiva, afectando la productividad de manera directa, debido al colapso del sistema de transporte, al menos en la ciudad de Santiago. El Estado está haciendo todo lo posible para que la “gente vaya a trabajar”: han habilitado parcialmente la línea 1 del Metro, están intentando reforzar el servicio de buses, y han llamado a la población a ser “solidaria” para que ayude a sus vecin@s a llegar a sus puestos de trabajo. A la clase capitalista solo les interesa que produzcamos para ell@s, solo les servimos para producir y hacer circular sus mercancías y acrecentar su acumulación de capital. Por esta razón, hacemos un llamado a no asistir al trabajo y a participar activamente de la huelga, tal y como lo hace el Sindicato de Trabajador@s de Metro debido a la “represión policial y militar”. Además, creemos pertinente agitar las siguientes perspectivas:
-No caer en la dinámica de ponernos en contra de nosotr@s mism@s por comida, agua y la satisfacción de nuestras necesidades: ese es el juego del Estado, dividir para vencer. Para resolver nuestros problemas tenemos que organizarnos comunitariamente, no hay otra salida.
-Evitar que los partidos y la socialdemocracia se levanten como “representantes”, se apropien de la lucha y se sienten a dialogar con el Estado para apagar el fuego de la revuelta, intentando decantar la resolución del conflicto en cosméticas y superficiales reformas que no apuntan a erradicar la raíz de nuestros problemas que nos aquejan como clase.
-Ocupar los centros educacionales para hacer de ellos lugares de resistencia, debate, reunión y autoorganización, acopio de alimentos y medicinas, y espacios para atender a nuestr@s herid@s.
-Organizar asambleas de base en los territorios en donde se está desarrollando la lucha para resolver colectivamente orientaciones de la revuelta en curso.
-Exigir la libertad de los cerca de 1700 detenid@s que están siendo procesad@s por su participación en la revuelta.

¡A LA HUELGA GENERAL POR TODO!

 

PD: panfleto del tercer día de revuelta.

Feliz primer día de nuestras vidas

Hoy despertamos a la vida. Hasta el lunes 14 de octubre, nos lamentábamos en la micro, en los trabajos, en las escuelas, en las reuniones familiares y de amigos, en los barrios, en las organizaciones autónomas emplazadas en distintos espacios del largo letargo que parecía ya una especia de rasgo inminente de las personas que viven en Chile, de la impotencia de ver nuestros esfuerzos diluirse en lo que parecía una infructífera actividad. Sin embargo, en el cotidiano, se escuchaba cada vez de manera más constante la hermosa queja, los reclamos por la escasez de agua que amenaza nuestra sobrevivencia, por la contaminación que asesina niños en las llamadas zonas sacrificio, por las miserables pensiones que lanzan al suicidio a nuestros abuelos, por los robos constantes de los tag y el transporte público, por la salud pública de muerte, porque a nadie le alcanza para llegar a fin de mes. Una desesperanza acompañaba ese lamento, desconfiábamos ya de la capacidad de despertar, de mirar la realidad y rebelarse de nuestra gente.
El impulso del pueblo de Ecuador y el arrojo de los secundarios fueron la chispa que encendió el dolor que llevábamos cada noche a nuestra cama, la angustia de no saber cómo resolver, cómo podremos seguir, cómo sobrevivir, porque nuestros cuerpos, cada día más enfermos, nuestras mentes cada día más aquejadas nos daban las señales que nos negábamos a aceptar, llenándonos de soluciones individuales que no nos alcanzan para resolver, nos cobijamos con terapias individuales y placebos varios, por un rato nos dejamos hundir por la no casual proclamación de nuestra pronta extinción, los discursos humano plaga parecieron los más sensato frente a la destrucción de la Tierra que nos presentaba en las pantallas la distopía frente a frente, la derrota de la humanidad ante el capitalismo, que no duda en intentar traspasarnos su responsabilidad.
Este lunes recién pasado, bandadas resplandecientes de secundarios parecieron iluminar nuestros corazones. Como nunca vimos a múltiples generaciones respaldar las acciones que desbordan el control y el orden, que amenazan la santísima propiedad privada. No queremos su paz, no queremos esta lenta agonía parecen clamar las ollas que se escuchan por toda la ciudad.
La clase capitalista y su aliada la prensa burguesa se lamentan, tienen todas las miradas y todos los oídos para chillar, para enojarse, para despreciarnos, pero hoy hemos decidido no escucharlos y han sido encarados como nunca en su mentira que les ha permitido depredar nuestra vida durante tantos años, depredar nuestras mentes, nuestros cuerpos, nuestra Tierra en la sociedad con más problemas psicológicos de Latinoamérica. Nosotros les decimos, no estamos dispuestos a quedarnos con nada, porque nos tenemos a nosotros y no los necesitamos.
Los oportunistas de siempre intentan adjudicarnos una demanda colectiva, circulan peticiones de nadie, cuando la realidad es que este levantamiento es espontáneo, no existe un listado de demandas que nos satisfaga, no tenemos representantes, cuando es la totalidad de la vida en el capitalismo los que nos asesina.

Siendo las 16. 30 de la tarde, la Intendeta Rubilar sostiene “ lo que necesita la gente es paz y tranquilidad”, añade que nadie pide que no se proteste con caminatas sin afectar el orden público, mágicamente todos los sectores políticos parecen reconocer el descontento acumulado, cuando hasta anoche nos llamaban delincuentes, negando nuestra urgencia de gritar, de acabar con todo. Cuando nos han robado nuestro tiempo de forma silenciosa tantos años. Están desesperados, saben que no tenemos miedo, nos enfrentan con su mayor arma los militares que hace poca década intentaron acabar con una generación de revolucionarios, pero la gente no retorna a sus casas, no queremos su paz, queremos vivir, vivir de verdad.

Las evasiones del metro iniciadas por los estudiantes han recibido el respaldo de los trabajadores del mismo, 41 estaciones fueron afectadas por las manifestaciones, varias de ellas han sido completamente destruidas, compañeros de distintas ciudades, San Antonio, Concepción, Iquique han respondido con solidaridad, la revuelta se expande, son convocados por este llamamiento.
Durante la madrugada, se declaró estado de emergencia: restringe la libertad de reunión y locomoción, salen los militares a la calle, esta tarde se suspende el transporte público en Santiago, el tren interurbano suspende su circulación a las diecisiete horas, cierra el ritail y es saqueado, los trabajadores portuarios se suman a la movilización, se suspenden las clases para las escuelas de varias comunas de la ciudad, se incendian municipalidades, comisarias, estaciones de metro.

A pocos minutos del toque de queda, luego de una extensa jornada, se ha evaporado la instalada idea de que somos un pueblo con miedo, nos mataron, torturaron, divulgaron nuestras imágenes mutiladas, nos culparon del horror, instalaron sus reglas, nos amordazaron, pero no han podido con nosotros.
Esperamos que este sea el inicio. Organicemos la comunidad de lucha, salgamos a la calle a encender barricadas, pero también a encender el tejido social que satisfaga nuestras necesidades, que evidencia lo que sabemos. Es imperioso alzar nuestras propias organizaciones, convocar a la asamblea de urgencia que responda a nuestras necesidades, opongamos a la amenaza constante capitalismo de caos, nuestra fuerza y organización, es ahora que la comunidad negada debe volver a resurgir entre las cenizas de la capital.
Compañeros y compañeras, debemos tener la lucidez de no dejarnos seducir por los discursos de paz, debemos gritar con más fuerza por la revolución humana, por la dictadura de las necesidades, por la abolición del capital. El capitalismo no nos ofrece nada mejor. El capitalismo es la muerte. Y esta noche estamos encendiendo la vida.

Feliz primer día de nuestra vida.

Reporte desde la revuelta proletaria en Santiago + panfleto insurgente

La jornada de ayer, 18 de octubre abrió la caja de Pandora de la insurrección proletaria en Chile. Desde aquí en adelante, no se sabe que ocurrirá. El proletariado está en las calles y ni los milicos, ni los pacos pueden contrarrestar su emergencia descentralizada y anárquica. Hay barricadas y cacerolazos por todas partes.    El alza del pasaje se ha mostrado como la punta del iceberg, pero en el fondo todos saben que esto era una bomba de tiempo. La precarización de la vida es inaguantable, la sequía se torna cada vez más grave, los precios para sobrevivir se han vuelto insultantes, sumado a que el 80 % de la población vive de la deuda y las pensiones se han demostrado como un fraude histórico.  Indudablemente la insurrección en Ecuador fue un disparador para las grandes masas que se vieron identificadas con la furia de nuestros hermanos del norte. Motivos sobran.

En las calles se respira rabia, indignación, y furia antipolicial, aunque también solidaridad, algarabía y éxtasis por encontrarse en las calles y en lucha codo a codo contra lo que nos oprime. Se han quemado decenas de micros, se incendió el edificio corporativo de ENEL (empresa privada multinacional del rubro eléctrico) 7 estaciones del metro calcinadas, múltiples saqueos a supermercados y comercios,  el monumento  de los pacos y su bandera  prendida fuego.  La ciudad ardió por los cuatro costados.

Hoy 19 de octubre la cosa parece no parar. Piñera gasto el cartucho de los militares precipitadamente y en las calles la gente comienza a reunirse y cortar las avenidas, los cacerolazos comenzaron a medio día y prontamente se van transformando en protesta callejera. La opinión común es de miedo y rabia ante la presencia militar, lo que recuerda inmediatamente a la dictadura. Pero el ánimo está más fuerte que nunca, en el aire se respira lucha, estos días harán historia.

Desde las calles de Santiago, con el corazón en la mano y la pasión de ver arder el viejo mundo, hacemos un llamado internacional a la solidaridad y expansión de la revuelta. Sabemos que es el comienzo de algo hermoso pero no sin dolor, como la vida misma.

¡Hic rodhas hic Salta!

¡Vamos hacia la vida! Proletarios del mundo uníos contra la catástrofe capitalista, ahora es cuando!

 

PD: adjuntamos panfletos distribuidos durante las protestas callejeras del 18 y 19 de octubre.

Panfleto 19 de octubre tiro y retiro.

Panfleto 18 octubre tiro y retiro.

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Memoria Obrera: Chile, Septiembre 1973 (Revista COMUNISMO No.4 (Junio 1980))

A continuación difundimos íntegramente este texto enfocado en el análisis de la derrota proletaria en Chile, a partir de la carta que escribieran los cordones industriales el 5 de septiembre de 1973. Este texto apareció en la revista Comunismo No 4 en Junio de 1980, 7 años después del Golpe Militar. A mantener viva la memoria y afinar la teoría revolucionaria contra la verborrea socialdemócrata. 

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Marcha Cordones Industriales, Chile 1972.

A continuación la carta que los Cordones Industriales dirigieran a Allende el 5 de setiembre de 1973, solo unos días antes del golpe de Pinochet. Hemos considerado importante publicar este documento, ya histórico porque aún sin pretender haberlo sido, es hoy una denuncia del papel contrarrevolucionario de todas las unidades populares en el mundo entero, de como los Pinochets son imposibles sin una clase obrera que ha sido desorientada, desorganizada y desarmada políticamente por la izquierda democrática. Este documento por otro lado permite denunciar todas las peroratas sobre los “generales traidores” a las que nos tienen habituados los partidos de izquierda, y situar las causas reales de la derrota obrera en Chile, no en los enemigos que es evidente que en conjunto preparaban la desorganización de los obreros total, de dirección, de perspectiva comunista. Publicamos este documento, además, porque a menos de 7 años parecería como si nunca hubiese existido, porque todas las fuerzas democráticas de oposición han hecho todo lo posible por enterrarlo intentado que se borre para siempre de la memoria de nuestra clase, pues mete demasiado el dedo en la llaga. En fin, publicamos este documento, no porque adheramos a su contenido, sino porque resume la tragedia no solo de la clase obrera en Chile, sino de la clase obrera mundial, tragedia que seguirá reproduciéndose mientras que el proletariado no barra con sus armas a los Allende que se esconden con otros nombres en todos los países: “… no solo nos está llevando por el camino que conducirá al fascismo, en un plazo vertiginoso, sino que se nos está privando de los medios para defendernos”.

Pobladores, Santiago Chile

Este documento, lejos de demostrar la fortaleza de nuestra clase, muestra su debilidad más absoluta, su paralización total frente a un Estado burgués que con su careta de izquierda le pedía replegarse mientras golpeaba a todos los que luchaban por los intereses proletarios y preparaba el masazo “final”. Desconocer, no señalar ese conjunto de debilidades no contribuiría en absoluto al forjamiento de una perspectiva revolucionaria. Sin embargo, cuando criticamos las ilusiones y debilidades, estamos poniendo en evidencia nuestras propias debilidades, las debilidades de nuestra clase, condición imprescindible para superarlas. Nada más ajeno a nosotros, por lo tanto, el despreciar el esfuerzo clasista por romper con las ilusiones allendistas, pero nada sería más irresponsable que publicar este documento como emanante de la clase obrera, sin subrayar hasta que punto las ideas burguesas dominantes entre los obreros -incluso de esa vanguardia de los cordones industriales- se mostraron más fuertes que su instinto de clase y los llevaban, apenas pataleando, al matadero.

El 5 de setiembre (en realidad desde mucho antes) no había duda alguna entre los obreros que iban al matadero, que la represión que había tocado ya a sectores importantes, se generalizaría a toda organización obrera: socialismo “estaba transando (SIC) para llegar a un gobierno de centro, reformista, democrático-burgués que tendía a desmovilizar a las masas…” a situación en la que existía “la certeza de que vamos en una pendiente que nos llevará inevitablemente al fascismo”, “a un régimen fascista del corte más implacable y criminal”. Sin embargo a ese presidente que se le dice por anticipado que “será responsable de llevar al país, no a una guerra civil que ya está en pleno desarrollo, sino que a la masacre fría, planificada de la clase obrera…” se lo trata ni más ni menos que de COMPAÑERO Salvador Allende. Esto resume la tragedia de la clase obrera chilena, a todos los que la habían arriado, atado de pies y manos, desde los Partidos, los Sindicatos, el Estado para introducirla totalmente indefensa en el corral de donde no sale vivo, se le pide decisión contra los que darán el masazo final. Es como pedirle a los que te llevaron ante el pelotón de fusilamiento, que tomen medidas contra los que apretarán el gatillo. el documento señala con claridad que de la desconfianza con respecto a todas esas fuerzas, se pasa a comprender que ese “reformismo” es el camino más rápido al “fascismo”, pero a esas fuerzas se las siguen considerando obreras. “Los trabajadores sentimos honda frustración y desaliento cuando su Presidente, su Gobierno, sus Partidos, sus organizaciones, les dan una y otra vez la orden de replegarse en vez de la voz de mando de avanzar “Ahora los trabajadores no solamente tenemos desconfianza, estamos alarmados” “Estamos absolutamente convencidos de que históricamente el reformismo que se busca a través del diálogo con los que nos han traicionado una y otra vez, es el camino más rápido hacia el fascismo”. Es decir sigue considerando a todos esos reformistas (El reformismo es necesariamente burgués) como “los partidos proletarios”, a los partidos de la UP al Gobierno, a los sindicatos, como los partidos de los trabajadores, al Presidente como el de los trabajadores. A ese organismo, la Central Única de Trabajadores, cuya principal función había sido la de contener las luchas obreras de acuerdo a las necesidades de valorización del capital, llamar a trabajar más cobrando menos por los intereses de la patria chilena (el cobre chileno!) y que llegó a integrar el Gabinete cívico militar del brazo con los generales del ejército chileno que ejecutaría la masacre, se la sigue considerando como “el organismo máximo” de la clase trabajadora.

El panorama era profundamente trágico, incluso aquellos cuya única referencia sobre Chile sean los comentarios de la gran prensa, comprenderán leyendo este texto hasta que punto lo que pasó después fue el desenlace inevitable de la desorientación total de la clase obrera para forjarse su propia vía. Una clase obrera que reconocía que “lo que faltó fue decisión, decisión revolucionaria…, lo que faltó fue una vanguardia decidida y hegemónica” y a falta de ella se le pedía al Presidente que la guiara. Una clase obrera que tenía desconfianza total en todas las fuerzas populistas de la burguesía, pero que con tantas otras veces la historia, no logró construir su propia fuerza. Una clase obrera que en lo más profundo de su tragedia, de una tragedia que no es chilena sino mundial, no tiene un programa propio (o mejor dicho desconoce totalmente su programa) y exige el cumplimiento de lo que denomina un “programa mínimo”: ni más, ni menos que el programa burgués de la Unidad Popular.

En Chile, podemos decir que lo que hubo no fue solo una matanza sistemática preparada por el trillado camino de la “experiencia pacífica de construcción del socialismo”, sino que se realizó integralmente la teoría del apoyo crítico, del frente único, del gobierno obrero, del control obrero… hasta sus últimas consecuencias: la destrucción de toda organización obrera. En efecto independientemente de la importancia relativamente débil que la presencia efectiva del trotskismo tuvo en Chile, independientemente de la ruptura formal entre el MIR y la Cuarta internacional, fue evidentemente una ideología muy hermanada con el trotskismo internacional la que constituyó la barrera de fuerza, que pudo contener a aquellos proletarios que querían escaparse del corral de donde no pudieron salir. SI, en los Cordones industriales, lo del camino pacífico al socialismo no lo creía nadie (exceptuando evidentemente los agentes del Estado burgués infiltrados en las filas obreras), en cambio en lo que se seguía creyendo era en que había que apoyar críticamente a ese “gobierno obrero” para unos, “popular” para otros. Cuanto más el proletariado intentaba desesperadamente escapar al control que sobre él ejercía el Estado burgués, -como tantas otras veces en la historia- más radicalizaba su discurso el centrismo, más se desarrollaron las izquierdas dentro de cada partido de la burguesía, más convergían hacia “el apoyo crítico”, “el control obrero”, etc. Con todas sus variantes y combinaciones hacia ello convergieron fortificándose izquierdas socialistas, cristianas, del MAPU, etc: alineándose en una radicalización con todo tipo de matices que antes había sido propiedad exclusiva del MIR. La lectura del documento no deja ninguna duda de que esa ideología radical de la burguesía, fue una fuerza decisiva para impedir del proletariado al Estado burgués.

Para que los lectores que no han vivido la “experiencia chilena: y que solo hayan escuchado las versiones para la posteridad construidas por la burguesía chilena (socialdemócrata, “comunista”, Trotskista, maoísta, mirista, del Mapu, etc) y repercutida por sus pares en todo el mundo: puedan comprender lo mejor posible el documento que presentamos y porqué se llega al absurdo de “exigirle” al vértice del Estado burgués que tome las medidas necesarias para “transformar las actuales instituciones del Estado donde los trabajadores y el pueblo tengan el real ejercicio del poder”, es necesario señalar algunos antecedentes, En setiembre del 73 no cabe duda que la suerte de la clase obrera estaba decidida, que su debilidad era imponente, que lo que vino después fue solo su ejecución. Sin embargo no siempre fue así y hubo momentos decisivos en que la represión de izquierda y de derecha, de todo el Estado burgués no eran suficiente: la clase obrera chilena intentaba construirse su propia vía. Fue en esos momentos cruciales, que el centrismo con su clásica política contrarrevolucionaria del “apoyo crítico” patrocinada por el MIR, el guerrillerismo en general (decisivos fueron por ejemplo los consejos y discursos de Fidel Castro en Chile o de Cuba hacia Chile), pasaron realmente a primer plano, a constituir la última barrera (pero de fierro) del corral mortal.

Cada vez que la realidad no podía esconderse más y emergían socialmente como inevitables perspectivas o el terrorismo burgués o la destrucción del Estado burgués y la dictadura del proletariado, que suponía evidentemente liquidar por la fuerza en primer lugar el Gobierno de Allende y el Ejército burgués, lo ideólogos del apoyo crítico aparecían en primer plano proponiendo una tercera vía: organización y armamento del proletariado, no para enfrentarse a toda la burguesía y su Estado, sino para exigirle al Gobierno que cumpla su programa “socialista” (SIC) para ejercer el control obrero sobre la producción y la distribución pues así se van logrando “cuotas significativas de poder” (SIC) y para defenderse de los ataques de la burguesía (que para estos señores es sinónimo de derecha) que intenta impedir que se cumpla ese programa. Es precisamente la ideología de esta supuesta tercera vía (pues en realidad conduce inevitablemente a la mantención de la dictadura de la burguesía y el terror blanco) la fuerza que paralizó los intentos más decididos de la vanguardia obrera en Chile. Los intentos más violentos en este sentido durante el allendismo se concentran en 1972 y especialmente a partir del 11 de octubre del 1972, cuando los cordones industriales se desarrollan en respuesta a la catastrófica situación a la que la clase obrera es sometida por el capital en crisis, la represión Estatal y agravado en esa fecha por la huelga de comerciantes, transportistas y profesionales impulsada por la “derecha” (1).

Efectivamente durante 1972 las luchas obreras se agudizan frente a una burguesía que por un lado le pedía trabajar más por la patria chilena y las transformaciones “socialistas” y por el otro le cortaba sus medios de vida. Como en toda otra circunstancia de crisis del capitalismo, la derecha y la izquierda se oponen en cuanto a sus intereses fraccionales, pero se complementan en imponer un aumento de la tasa de explotación: trabajar más y comer menos. Como en toda circunstancia similar las luchas obreras contra la burguesía y la represión del Estado burgués se acentúan. El Estado Chileno, con Frei a la cabeza, con Allende o luego con Pinochet siguió (como no puede ser nunca de otra manera sea “fascista” o “socialista” el presidente) esa línea de acción inherente a su propia esencia. El Estado burgués al ponerse la careta “comunista”, “socialista”, “allendista”, etc. había intentado solucionar la profunda crisis que la economía nacional chilena atravesaba, utilizando como mejores métodos de aumento de la tasa de explotación las nacionalizaciones y el verbalismo socialista. Pero como es evidente no podía dejar de reprimir toda la lucha obrera contra la explotación y desde el principio del ”gobierno de los trabajadores” as luchas de los sin casa, de los mineros, …fueron reprimidas, los partidos del gobierno y Allende si bien denunciaban cada lucha obrera como una provocación, y a los obreros que exigían que se les pagara más se los condenaba como la “aristocracia obrera” (ejemplo a los mineros del cobre): intentaban deslindar responsabilidades frente a cada uno de los hechos represivos: “ellos no podían controlar a los cuerpos represivos no eran responsables de los excesos de los Carabineros y de Investigaciones”. Es decir la historia de siempre, el presidente no sabía, el ministro del interior tampoco, el P.C. no estaba implicado, el PS desconocía que en Investigaciones se aplicaban torturas, etc.

La agudización de la lucha de clase, la represión Estatal y paraestatal del año 1972 dificultan enormemente la operación ocultamiento de la realidad. Comienza a quedar al descubierto que los torturadores, los asesinos de obreros, son además de los de Patria y Libertad, del Partido Nacional de PROTECO (Protección a la Comunidad), de Democracia Cristiana, etc. los Partidos del Gobierno. En cada acción de los Carabineros y de Investigaciones contra grupos de obreros son identificados dirigentes de la Unidad Popular, del Partido “Comunista” y del Partido “Socialista”. Allende sigue llamando a trabajar más a “definir, producir y avanzar”: mientras en Investigaciones sus colaboradores, dirigentes como Carlos Toro o Eduardo Paredes (2) proseguían sus interrogatorios de obreros encapuchados en base a “la corriente”, golpes, submarino,… (muy poco después Pinochet ampliaría esas instalaciones). Ese mismo cuerpo del Estado junto con los Carabineros durante todo el año incrementará sus operativos antiobreros entre los que se destaca el del ataque a los campamentos de los sin casa de Lo Hermida (concentración de 8 campamentos proletarios). Unas 45 mil personas (5 campamentos) son atacadas en plena noche por tanquetas de carabineros, micros de Grupo Móvil, patrulleras, camionetas, etc. que avanzan alumbrándose con luces de bengala. El ruido de las ráfagas de metralleta, y del estallido de las bombas lacrimógenas tiradas dentro de las casas se mezclaban con los llamados de los autoparlantes a sostener el Gobierno de Allende. Los resultados no los podía tapar nadie (un obrero muerto, niños con lesiones provocadas por los gases, centenas de interrogatorios en investigaciones) Las declaraciones de los pobladores incluidos los allendistas eran terminantes: “En el año 70 llegamos a estos terrenos… jamás íbamos a pensar que lo que no tuvimos con Frei y Alessandri lo íbamos a tener con el compañero Allende” “Lo que aquí ha ocurrido es una masacre. Los muertos son compañeros pobladores. Los heridos y ultrajados son hombres, mujeres y niños de nuestros campamentos, lo que la fuerza policial ha cometido en Lo Hermida es un asesinato contra el pueblo” “Nosotros hoy con dolor, con pena con rabia decimos que este gobierno se ha manchado las manos con sangre, pero con sangre de los mismos que fueron y marcaron la cruz en el voto para darle el triunfo al gobierno de la UP. Ahora no vamos a salir más a apoyar el reformismo. Vamos a salir a jugarnos, a mostrar que los pobladores sacrificados, vejados, muertos, acribillados, tenemos otro temperamento y otra determinación”. Aparentemente nadie podría evitar las consecuencias, nadie salvo los apoyadores críticos, la última barrera de contención contrarrevolucionaria.

Punto Final centraliza la campaña, denuncia los hechos, culpa al reformismo lo denuncia como lo que es: contrarrevolucionario (3), es decir parte de las necesidades y posiciones obreras elementales. Pero cuando se tienen que extraer las conclusiones, se opone férreamente a la única salida proletaria (enfrentar a toda la contrarrevolución sea fascista o reformista) se encuentra siempre la tercera vía: “Este gobierno tiene dos caminos: estar con el pueblo o ser su asesino”. Es decir se presenta al vértice del Estado burgués como neutro y sus personeros como capaces de pasar del lado obrero “Porque la meta estratégica de los trabajadores no termina con este gobierno que, eso si, puede alcanzar el mérito honorable si se lo propone, de abreviar la lucha histórica de la clase trabajadora chilena” (4) El problema para esa fuerza trotskisante que se expresaba en Punto Final se reducía entonces a “castigar a los culpables” y a defender el régimen: “… el intercambio de visitas entre La Moneda y Lo Hermida abrió una nueva perspectiva al problema. La suspensión en sus cargos del Director y Subdirector de Investigaciones, contribuyó también a mostrar una apertura del Presidente Allende (SIC) al diálogo con los pobladores, que exigían sanciones para los responsables (SIC)” (5). Y los miristas e izquierdistas varios, sacaban la cara abiertamente por Allende: “Conocemos a Allende y si bien discrepamos en muchos de sus puntos de vista por no decir de casi todos, hay cuestiones fundamentales que le reconocemos. En primer lugar consecuencia entre lo que piensa, dice y hace. Luego, coraje personal. Además una trayectoria política incompatible con la represión al pueblo (SIC). Por lo tanto creemos que Allende seguramente (SIC) fue el primer sorprendido (SIC) y quizás el más fuertemente golpeado (SIC) por la salvaje represión descargada sobre ese campamento de pobladores (evidentemente no más que los pobladores: NDR). La prensa derechista (SIC) ha tratado de endosarle la responsabilidad por lo sucedido en un intento de asimilar su gobierno a anteriores regímenes represivos antipopulares (SIC)” (6).

Al leer la carta de los cordones industriales el lector no debe perder de vista estos acontecimientos y este tipo de toma de posiciones.

La situación que fue imponiendo la burguesía era tal que todo ataque obrero al vértice del Estado burgués, era considerado de “derecha” y que le hacía el juego al imperialismo. Evidentemente que siempre la burguesía ataca a los revolucionarios de esta manera, lo que fue impresionante fue el nivel de imposición de este mito en toda la sociedad chilena: en ello iba contenida la derrota del proletariado.

Como dijimos en octubre la situación de la clase obrera resultaba intolerable, los desabastecimientos (impuestos por la “derecha”) de los artículos indispensables de subsistencia era imponente. Nunca había vivido una situación tan calamitosa en donde trabajara más (gracias a la “izquierda”) por tan poco. por ello no es gracias al progresismo del gobierno popular (como dice la historia oficial y paraoficial) que hubo tanta lucha obrera, sino porque a la vez la situación era insoportable y que ni la “derecha” ni la “izquierda” habían logrado aún su desorganización total para pegarle el masazo “final”. Por todos lados se desarrollaron organismos de base con centralizaciones territoriales, asociaciones de obreros en lucha, comandos de campamentos, juntas vecinales, centros de madres, organismo que reúne artesanos, organismos estudiantiles, etc. que conformaron los Consejos de Trabajadores, que asumieron diferentes denominaciones: Consejos Coordinadores Comunales, Comandos Comunales de Trabajadores, Cordones Industriales (7). El proletariado sólo pretendía una cosa: liquidar a los culpables de la situación insostenible y tomar las riendas de la situación. Evidentemente que la cuestión del PODER estaba planteada en todos lados. Era un momento crucial. El Gobierno considerando trágica la situación responde formando el Gabinete Cívico Militar al que se refiere el documento que publicamos. El MIR (8) y las fuerzas que de hecho lo secundaban se afirmaron en el primer plano, fomentaron e impulsaron todos esos organismos y los consejos coordinadores, las consignas de que había que armarse prendían más que nunca, sostuvieron que era el momento de derrotar el “poder burgués”, es decir, se pusieron objetivamente a la cabeza del proceso, pero como siempre para contenerlo en el apoyo crítico. Otra vez se tomaban un conjunto de necesidades y posiciones obreras para dirigir al proletariado al callejón sin salida del apoyo crítico a sus enemigos más disimulados, para llevarlo más hábilmente a la defensa del Estado burgués. Punto Final titula el 7 de noviembre del 72 en enormes caracteres “A derrotar el poder burgués AHORA” Lo que podía parecer una consigna insurreccional si no se supiese que por “poder burgués” esas fuerzas con el MIR a la cabeza, entienden cualquier cosa menos el “Estado Burgués”. Más que nunca se sostendrá que el Gobierno quisiese ir hacia el socialismo y que la burguesía no lo deja, que el Ejército no se ha aún definido, que deberá escoger “El gobierno del Presidente Allende tiene el compromiso con el Pueblo (SIC) de llevar adelante un programa que significa, textualmente, iniciar la construcción del socialismo (SIC), en nuestra patria (SIC). Ese objetivo es precisamente, el que la burguesía (SIC) trata de impedir que se cumpla” (9). Comentando la entrada de los Generales a los Ministros Punto Final dice: “Las FFAA al margen de sus deseos de mantener una neutralidad que no corresponde a las características del proceso chileno (SIC), se verán obligadas a escoger. Su participación en el gobierno de la UP da a oficiales (SIC) y soldados la oportunidad de sumarse a la histórica misión de los trabajadores… Las FFAA tienen un papel verdaderamente patriótico (SIC) y democrático (SIC) que jugar junto al pueblo (SIC) apoyando a los trabajadores en su lucha contra la explotación de la burguesía (SIC)… Solamente los hechos podrán confirmar (SIC) o descartar esta posibilidad. Solo el bando que escojan en la lucha de clases (SIC) dará la pauta que del significado que tiene el ingreso de las FFAA en la escena política” (10) Es decir ahora no solo el Gobierno había dejado de ser parte del Estado burgués, sino que ahora hasta el Ejército no había que destruirlo pues podía elegir y servir a los trabajadores (!) Es toda esa corriente trotskisante apoyadora “crítica” que partirá de necesidades obreras, utilizará un lenguaje hasta “insurreccional”, para defender mejor a la contrarrevolución la que se impondrá en los cordones industriales liquidando toda iniciativa clasista, toda posibilidad de un pasaje a la ofensiva obrera. Esa corriente política internacional consecuente hasta la médula con la contrarrevolución dirigirá los cordones, no hacia el ataque del Estado Burgués, sino hacia la autogestión: “En cuanto tales organismos asumen tareas concretas -en orden al abastecimiento de alimentos, transporte, salud, producción y eventual defensa frente al fascismo, toman en sus manos una cuota significativa de poder”. (11) Mentira reaccionaria que en España había sido decisiva”: jamás los trabajadores podrán dirigir la sociedad ni tener “cuotas de poder”, mentira de la contrarrevolución pero que se impondrá y llevará a los trabajadores a la situación de desorientación y masacre del 73 y años sucesivos. “Control obrero” que sacará a la burguesía de una situación dificilísima y le permitirá minuciosamente preparar la masacre.

Podríamos decir que en general en el capitalismo la burguesía cuida y vigila sus empresas y el proletariado prepara su guerra. En Chile en la medida que esta ideología se fue imponiendo y “las parcelas del poder se iban conquistando: la cosa fue al revés: mientras los obreros estaban bien entretenidos, la burguesía realizaba su guerra y preparaba la masacre. La guerra la ganó así, en 1972 y principios del 73, utilizando más la dispersión que las balas, a finales del 73 solo le quedaba realizar la masacre. En ella como siempre cayeron también muchos defensores del Estado Chileno y del Allendismo en particular. Ello no es una excepción, sino que siempre que la represión antiobrera se generaliza se toca también a fracciones del capital. A éstos que siguen siendo nuestros enemigos aunque hoy estén en la oposición más importante que llorarlos preparar la fuerza de clase para vengarlos. La mejor forma de ser consecuentes con ellos es luchando contra el capital en todo el mundo, ir gestando la dirección comunista que tanto faltó en Chile, como sigue faltando en el mundo entero. De la historia de nuestra clase tenemos aún muchísimo que aprender y ello será necesario para vencer.

Notas

(1) Evidentemente que esta huelga en la que la “derecha” movilizó para sus fines a pequeños burgueses y también a masas obreras (que no tenían ninguna razón para estar conformes con la izquierda) tiene como objetivo declarado la lucha contra la “izquierda” en el Gobierno. Un análisis de las luchas entre las fracciones de la burguesía debería hacer hincapié en estos factores. Nosotros nos interesamos aquí solo en lo que fueron los efectos principales en la clase obrera, porque estamos considerando fundamentalmente (lo que es fundamental y por ello más encubierto) la contradicción burguesía/proletariado.

(2) Tal vez sea bueno recordar que este tipo de “socialistas” amigo de Allende y que murió fiel al allendismo en la Moneda, era de los dirigentes encargados de repartirles armas a los trabajadores si venía el “golpe fascista”. Ironía o tragedia (?)

(3) El primer número del 15 de agosto de 72 se dice: “El culpable directo de este grave hecho es el reformismo, cuyo papel negativo llega al extremo de utilizar para sus propios fines un aparato represivo que durante largos años se ha cebado en la carne del pueblo…” Y el mismo texto se dice: “… nos referimos al factor contrarrevolucionario que significa el reformismo”

(4) Idem.

(5) Idem.

(6) Idem.

(7) Algunos surgieron con anterioridad y fueron casi clandestinos. Su reproducción y afirmación social se dan en estas circunstancias

(8) El MIR había lanzado ya antes la consigna de “consejos comunales de los tabajadores”

(9) Punto FInal 7/11/72.

(10) Idem

(11) Idem

ANEXO: CARTA DE LOS CORDONES INDUSTRIALES AL COMPAÑERO SALADOR ALLENDE

Santiago, 5 de septiembre de 1973.

A SU EXCELENCIA EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, COMPAÑERO SALVADOR ALLENDE:

Ha llegado el momento en que la clase obrera organizada en la coordinadora provincial de cordones industriales, el Comando Provincial de Abastecimiento Directo y el Frente Unico de Trabajadores en Conflicto, ha considerado de urgencia dirigirse a Ud. alarmados por el desencadenamiento de una serie de acontecimientos que creemos nos llevarán no sólo a la liquidación del proceso revolucionario chileno sino, a corto plazo, a un régimen fascista del corte mas implacable y criminal.

Antes, teníamos el temor de que el proceso hacia el socialismo se estaba transando para llegar a un gobierno de centro reformista, democrático burgués que tendía a desmovilizar a las masas o a llevarlas a acciones insurreccionales de tipo anárquico por instinto de conservación.

Pero ahora analizando los últimos acontecimientos nuestro temor ya no es ese; ahora tenemos la certeza de que vamos en una pendiente que nos llevará inevitablemente al fascismo.

Por eso, procedemos a enumerarle las medidas que, corno representantes de la clase trabajadora, consideramos, imprescindible tomar.

En primer término, compañero, exigimos que se cumpla con el Programa de la Unidad Popular. Nosotros en 1970, no votamos por un hombre, votamos por un programa.

Curiosamente, el capitulo primero del programa de la Unidad Popular se titula “El Poder Popular”. Citamos página 14 del programa: …”las transformaciones revolucionarias que el país necesita sólo podrán realizarse se si el pueblo chileno toma en sus manos el poder y lo ejerce real y efectivamente”…

…”Las fuerzas populares y revolucionarias no se han unido para luchar por la simple sustitución de un presidente de la República por otro, no para reemplazar un partido por otro en el gobierno, sino para llevar a cabo los cambios de fondo que la situación nacional exige, sobre la base del traspaso del poder de los antiguos grupos dominantes a los trabajadores al campesinado y sectores progresistas de las capas medias”… ”transformar las actuales instituciones del estado donde los trabajadores y el pueblo tengan el real ejercicio del poder”… ”El gobierno popular asentará esencialmente sus fuerzas y autoridad en el apoyo que le brinda el pueblo organizado”…

Página 15…” A través de una movilización de masas se construirá desde las bases la nueva estructura de poder”… Se habla de un programa de una nueva constitución política, de una Cámara única, de la Asamblea del Pueblo, de un Tribunal Supremo con miembros designados por la asamblea del pueblo. En el programa se indica que se rechazará el empleo de la fuerza armada para oprimir al pueblo”… (página 24).

Compañero Allende, si no le indicáramos que estas frases son citas del Programa de la U.P. que era un programa mínimo para la clase, en estos momentos se nos diría que este es el lenguaje ”ultra” de los cordones industriales.

Pero nosotros preguntamos ¿dónde está el nuevo estado, la nueva constitución política, la Cámara única, la asamblea popular, los tribunales Supremos?

Han pasado tres años, compañero Allende, y Ud. no se ha apoyado en las masas y ahora nosotros, los trabajadores, tenemos desconfianza.

Los trabajadores sentimos una honda frustración y desaliento cuando su Presidente, su Gobierno, sus Partidos, sus organizaciones, les dan una y otra vez orden de replegarse en vez de la voz de mando de avanzar. Nosotros exigimos que no sólo se nos informe sino que también se nos consulte sobre las instrucciones que al fin y al cabo son definitorias para nuestro destino.

Sabemos que en la historia de las revoluciones, han habido momentos para replegarse y momentos para avanzar; pero sabemos, tenemos la certeza absoluta que en lo último, años podríamos haber ganado no sólo batallas parciales sino la lucha total; haber tomado en esas ocasiones medidas que hicieran irrevocable el proceso después del triunfo de la elección de regidores de 1971 el pueblo clamaba por el plesbicito y la disolución de un Congreso antagónico.

En Octubre, cuando fue la voluntad y organización de la clase obrera la que mantuvo el país caminando frente al paro patronal, donde nacieron los Cordones Industriales en el calor de esa lucha; y se mantuvo la producción, el abastecimiento, el transporte, gracias al sacrificio de los trabajadores y se pudo dar el golpe mortal a la burguesía, Ud. no nos tuvo confianza. A pesar de que nadie puede negar la tremenda potencialidad revolucionaria demostrada por el proletariado, le dio una salida que fue una bofetada a la clase obrera, instaurando un Gabinete cívico – militar, con el agravante de incluir en él a dos dirigentes de la Central única de Trabajadores que al aceptar integrar estos ministerios hicieron perder confianza de la clase trabajadora en su organismo máximo. Organismo, que cualquiera que fuera el carácter del gobierno, debía mantenerse al margen para defender cual quiera debilidad de éste frente a los problemas de los trabajadores.

A pesar del reflujo y desmovilización que esto produjo, de la inflación, las colas y las mil dificultades que los hombres y mujeres del proletariado vivían a diario, en las elecciones de Marzo, de 1973 mostraron una vez más una claridad y conciencia al darle 43% de votos militantes a los candidatos de la UP.

Allí también compañero, se deberían haber tomado las medidas que el pueblo merecía y exigía para protegerlo del desastre que ahora presentimos.

Y ya el 29 de Junio cuando los generales y oficiales sediciosos, aliados al Partido Nacional, Frei y Patria y libertad se pusieron francamente en una posición de ilegalidad, se podría haber descabezado los sediciosos, y apoyándose en el pueblo y dándole responsabilidad a los generales leales y a las fuerzas que entonces le obedecían haber llevado el proceso hacia el triunfo, haber pasado a la ofensiva. Lo que faltó entonces, en todas estas ocasiones, fue decisión revolucionaria; lo que faltó fue confianza en las masas, lo que faltó fue conocimiento de su organización y fuerza, lo que faltó fue una vanguardia decidida y hegemónica.

Ahora los trabajadores no solamente tenemos desconfianza estamos alarmados.

La derecha ha montado un aparato terrorista tan poderoso y bien organizado, que no cabe duda que está financiado y dirigido por la CIA, matan obreros hacen volar oleoductos, micros, ferrocarriles. Hacen apagones en dos o tres provincias, atentan contra nuestras sedes, contra nuestros locales partidarios, y sindicales.

¿Se los castiga o apresa? – ¡No compañero! Se castiga y apresa a los dirigentes de izquierda.

Los Pablos Rodriguez, los Benjamines Mattes confiesan abiertamente participado en el ”tanquetazo”. ¿Se les allana y humilla7 – ¡No compañero. Se allana Lanera Austral de Magallanes, donde se asesina a un obrero y se tiene a los trabajadores de boca en la nieve durante horas y horas

Los transportistas paralizan el país dejando hogares, humildes sin parafina, sin alimentos, sin medicamentos.

¿Se les veja, se les reprime? – ¡No, compañero!.

Se veja a los obreros de Cobre Cerrillos, de Indugas de Cemento Melon, de Cervecerias Unidas.

Frei, Jarpa y sus comparsas financiadas por a ITT llaman abiertamente a la sedición. ¿Se les desafuera, se les querella? – No, compañero.

Se querella, se pide el desafuero de Palestro, de Altamirano, de Garretón, de los que defienden los derechos de la clase obrera.

El 29 de Junio se levantan generales y oficiales contra el gobierno, ametrallando horas y horas el Palacio de la Moneda, produciendo 22 muertos. ¿Se les Fusila, se les tortura? – ¡No compañero!

Se tortura en forma inhumana a los marinos y suboficiales, que defienden la constitución, la voluntad del pueblo y a Ud. compañero Presidente.

Patria y Libertad incita al golpe. ¿Se les apresa? ¿Se les castiga? – ¡No, compañero.

Siguen dando conferencias de prensa, se les da salvoconductos para que conspiren en el extranjero. Y mientras se allana SUMAR, donde mueren obreros y pobladores a los campesinos de Cautín se les somete a los castigos más implacables paseándolos, colgando de los pies en helicópteros sobre le cabeza de sus familias, hasta darles muerte.

Se le ataca a Ud. compañero. A nuestros dirigentes y a los trabajadores en su conjunto en la forma más insolente y libertina por los medios de comunicación millonarios de la derecha. ¿Se les destruye, se les silencia? – No compañero. Se silencia y se destruye a los medios de comunicación de izquierda el Canal 9 de TV, última posibilidad de voz de los trabajadores.

Y el 4 de Septiembre, el tercer aniversario los trabajadores, mientras el pueblo 1.400.000 salíamos a saludarlo, a mostrar nuestra decisión y conciencia revolucionaria, la FACH allanaba MADEMSA, MADECO, RITTIG, en una de las provocaciones más insolentes e inaceptables sin que exista respuesta visible alguna.

Por todo lo planteado, compañero, nosotros los trabajadores, estamos de acuerdo con un punto con el señor Frei, que aquí hay sólo dos alternativas: la dictadura del proletariado o la dictadura militar.

Claro que el señor Frei también es ingenuo, porque cree que tal dictadura militar será sólo de transición para llevarlo a postre a él a la presidencia.

Estamos absolutamente convencidos de que históricamente el reformismo que se busca a través del diálogo con los que nos han traicionado una y otra vez, es el camino más rápido hacia el fascismo þ Y los trabajadores ya sabemos lo que es el fascismo. Hasta hace poco era sólo una palabra que no todos los compañeros comprendían, teníamos que recurrir a lejanos o cercanos ejemplos Brasil, España, Uruguay, etc.

Pero ya lo hemos vivido en carne propia, en los allanamientos, en lo que esta sucediendo a marinos y suboficiales, en lo que están sufriendo los compañeros de ASMAR, FAMAE, los campesinos de Cautín.

Ya sabemos que el fascismo significa terminar con todas las conquistas logradas por la clase obrera, las organizaciones obreras los sindicatos, el derecho a huelga, los pliegos de peticiones.

Al trabajador que reclame sus mas mínimos derechos, humanos se les despide, se les aprisiona, tortura o a asesina.

Consideramos que no sólo se nos está llevando por el camino que nos conducirá al fascismo en un plazo vertiginoso sino que se nos ha estado privando de los medios para defendernos.

Por lo tanto, le exigimos a Ud. compañero Presidente, que se ponga a la cabeza de este verdadero ejército sin armas, pero poderoso a conciencia y decisión, que los partidos proletarios, pongan de lado sus divergencias y se conviertan en verdadera vanguardia de esta masa organizada pero sin dirección.

Exigimos:

Frente al paro de los transportistas, la requisición inmediata de los camiones, sin devolución, por los organismos de masas, y la creación de una empresa estatal de trasportes, para que nunca más esté en las manos de estos bandidos la posibilidad de paralizar al país.

Frente al paro criminal del Colegio Médico exigimos que se les aplique la ley de seguridad interior del estado, para que nunca más esté en las manos de estos mercenarios de la salud la vida de nuestras mujeres e hijos. Todo el apoyo a los médicos patriotas.

Frente al paro de los comerciantes que no se repita el error de Octubre en el cual dejamos en claro que no los necesitamos como gremio. Que se ponga fin a la posibilidad de que estos traficantes confabulados con los transportistas pretendan sitiar al pueblo por hambre. Que se establezcan de una vez por todas la distribución directa, los almacenes populares, la canasta popular. Que se pase al área social las industrias alimenticias que aún no están en las manos del pueblo.

Frente al área social, que no sólo no se devuelva ninguna empresa donde exista la voluntad mayoritaria de los trabajadores de que sean intervenidas, sino que esta pase a ser el área predominante de la economía. Que se fije una nueva política de precios, que la producción y distribución de las industrias del área social sea discriminada. No más producción de lujo para la burguesía. Que se ejerza verdadero control obrero dentro de ellas.

Exigimos que se derogue la Ley de Control de armas, nueva ” ley maldita”, que sólo ha servido para vejar a los trabajadores, con los allanamientos practicados a las industrias y poblaciones, que están sirviendo como un ensayo general para los sectores sediciosos de las fuerzas armadas que así estudia la organización y capacidad de respuesta de la clase obrera en un intento para intimidarlos e identificar a sus dirigentes.

Frente a la inhumana represión a los marineros de Valparaíso y Talcahuano, exigimos la inmediata libertad de estos hermanos, de clase heroicos, cuyos nombres ya están grabados en las, páginas de la historia de Chile. Que se identifique y castigue a los culpables.

Frente a las torturas y muerte de nuestros hermanos campesinos de Cautín exigimos un juicio público y el castigo correspondiente para los responsables.

Para todos los implicados en intentos de derrocar al gobierno legítimo, la pena máxima.

Frente al conflicto del Canal 9 de Televisión, que este medio de comunicación de los trabajadores no se entregue ni se transe por ningún motivo.

Protestamos por la destitución del compañero Jaime Faivovich secretario de transportes.

Pedimos que a través suyo se le manifieste todo nuestro apoyo al embajador de Cuba compañero Mario García Inchaustegui y a todos los compañeros cubanos perseguidos por lo más granado de la reacción y que se le ofrezcan nuestros barrios proletarios para que allí establezcan su embajada y su residencia, como forma de agradecerle a ese pueblo el que ha llegado a privarse de su propia ración de azúcar para ayudarnos en nuestra lucha. Que se expulse al embajador norteamericano, que a través, de sus personeros el pentágono, la CIA, la ITT proporciona probadamente instructores y financiamiento a los sediciosos.

Exigirnos la defensa y protección de Carlos Altamirano, Mario Palestro, Miguel Enriquez, Oscar Garretón, perseguidos por la derecha y la Fiscalía Naval por defender valientemente los derechos del pueblo con o sin uniforme.

Le advertimos compañero, que con el respeto y la confianza que aún le tenemos, si no se cumple con el Programa de la U.P. si no se confía en las masas, perderá el único apoyo real que tiene como persona y gobernante y que será responsable de llevar al país, no a una guerra civil que ya está en pleno desarrollo, sino que a la masacre fría, planificada de la clase obrera mas consciente y organizada de latino América, y que será responsabilidad histórica de este gobierno llevado al poder y mantenido con tanto sacrificio por los trabajadores, campesinos, pobladores, estudiantes, intelectuales, profesionales, la destrucción y descabezamiento quizás por que plazo y a que costo sangriento de no sólo el proceso revolucionario chileno sino también el de todos los pueblos latinoamericano que están luchando por el socialismo.

Y hacemos este llamado urgente, compañero presidente porque creemos que esta es la última posibilidad de evitar en conjunto la pérdida de las vidas de miles y miles de lo mejor de la clase obrera chilena y latinoamericana.